viernes, 23 de diciembre de 2022

Santa Bárbara (Capítulo 2). Por (Charly) G.S.


La mañana continuó con el sol cada vez asomándose un poco más, las horas volaron en este amanecer intentando recordar que es lo que paso en cada momento de la noche anterior, parece ser que había pasado como mínimo 3 horas viendo a la generalidad del paisaje desértico intentando hacer memoria. Y por más esmero que pudiese hacer mi mente, no puedo dar con una causa definitiva de mi actual paradero, es todo tan inexplicable, los recuerdos a su vez son ilegibles.

Sin embargo mi largo tiempo de búsqueda en mi memoria ha terminado y la camioneta en donde me llevaran los amables hombres que han recogido de mi esta lista y ellos también.

 - Señor es hora de irnos, recoja sus cosas, le preparamos un pequeño almuerzo para el camino, será largo y quizá no coma en un buen rato.

 - Gracias, se los agradezco, podemos irnos, estoy listo.

Me subí a una camioneta roja pick-up vieja, pero cuidada hasta eso. Con una tremenda tranquilidad en lo que supone que dos extraños, en una zona tan desolada del país te auxilien y ayuden a sobrevivir.

- ¿Ha estado despierto desde muy temprano verdad?

-Si, he intentado recordar el por qué estoy aquí, pero ha sido en vano solo tengo pequeños destellos de lo que quizá sucedió momentos previos a mi accidente.

- Podríamos ayudarlo a recordar, digo quizá en la borrachera o “viaje” pudo estar por aquí desde hace días, conocemos los pueblos aledaños y lugares, incluso a los que turistas perdidos van por vicios.

- No estoy seguro si estaba drogado o ebrio tan siquiera, lo recuerdo más como si estuviese en una especie de frenesí de adrenalina, pero de manera natural, más o menos como cuando un perro se pelea con otros perros, o en general cualquier pelea entre animales.

~No podrías estar seguro de eso aun si fuese un policía quien te interrogase, créeme he sido presente de lo que puedes y no recordar. 

- Oiga, si lo hubiera estado no tiene por qué darle vergüenza en contarnos que es lo que hizo o recuerda, digo no nos conocemos de nada así que la pena no debería ser ninguna.

- Le digo la verdad, algo de lo más curioso que recuerdo fugazmente es que venía escuchando música de una mezcla que había hecho en específico para una ocasión, ¿me comprende? Era en específico una selección de canciones que solo ponía en un reproductor para la situación específica.

- ¿Qué clase de ocasión? Si puedo preguntar

- Cuando hacia el amor con una mujer que amo – Pude sentir los ojos de aquella mujer que me miraban desde dentro de mi ser, como si de alguna manera sintiera tanto aquella pequeña conjunción de palabras que hasta el fondo de mi sus ojos color miel entre llorosos pudieron tocar mis nervios.

- Vaya, creo que es la primera persona que conozco que hace ese tipo de cosas, no lo creo mal pero se me hace algo demasiado romántico para como uno vive por aquí el chingarse una morra.

Después de eso el camino fue largo, silencioso solo con las noticias por la radio, anuncios irreales y comerciales de productos locales.

“Pollos Herrera, la verdadera de calidad y sabor de un pollo asado, venga ya nos encontra... El Partido de la Revolución aún vive y a Santa Barbara le ha cumplido, porque sus hijos ahora estudian mejor, los adultos mayores ya tienen donde adquirir sus medicamentos y los adultos y jóvenes han encontrado mejores emple... Y la policía como de costumbre no parece querer proseguir con una investigación acerca de las posibles causas de la trágica muerte de la chica encontrada en el Hotel El...”

En un instante mi vista se posó fugazmente en el letrero de una cantina que estoy seguro reconocer, extrañamente, y bajo un impulso casi animal, le digo al hombre que conducía que se detuviera frente a aquella cantina.

- ¿Esa cantina de mala muerte la conoce? Yo creo que ayer si anduvo en la embriagues.

~ Puede ser este hombre sea un caso, pero no es mentiroso, menos en casos tan serios como este. 

- Le digo que no, pero quizá en algún otro momento sí, pero le digo que me parece familiar, mire, que le parece si me deja por aquí y yo iré a adentro a ver si puedo conseguir algunas respuestas, podría tardar, pero les agradezco mucho lo que han hecho por mí, le doy algo para el chesco o unas chelas.

- Bueno señor no es nada de verdad, mire, hacia allá queda la central camionera – señalo una avenida recta que parecía atravesar la zona más concurrida de aquel pueblo – ahí pregunte por la disponibilidad de camiones hacia la Ciudad de México o que rutas puede tomar, hay muchos hoteles por la zona que no cobran mucho, espero sepa que paso.

Agradecido con ambos hombres, baje de la camioneta procedí a entrar a aquella vieja cantina, donde pareciere que un par de hombres me observaban desde la banqueta, mientras sostenían un cigarro en sus labios con una expresión nada amigable.

(Charly) G.S.

jueves, 22 de diciembre de 2022

Confesión. Por Máximo Heilner

 

Debo admitirlo, querida mía:

Mi fuerza desciende sin tu aroma,

el fuego no tiene gracia sin tu chispa

y la furia carece de metas sin tu calor.

 

Qué funesta es la tarde en ausencia

de tu excitante exhibición, esa que paraliza

mi razón y la transforma en coqueteo.

 

Soy un forastero sin cariño ni dolor,

cansado del dominio del orden y

en búsqueda del desquiciado amor.

 

Debo admitirlo, querida mía:

Mi alma no desea habitar este desierto,

quiere abrazar tu sepulcro y someterse

al paraíso de los perturbados.

 Máximo Heilner

 

jueves, 15 de diciembre de 2022

Redención pagana. Por Alejandro Monterroso

Si los vientos son contrarios

Y el hado no está de tu lado;

Si el mundo cae sobre tu espalda,

Oprimiéndote como al mítico Atlas,


Suspira, pero suspira tranquilo. 

Sonríe, pues no es tuyo el castigo

Del pobre Sísifo. En tus venas,

Delicadas y serenas, hay una puerta.


Accesible portal a la libertad.

Truco para burlar a la divinidad.

¡Profunda sabiduría romana!

Escapar cuando la vida se vuelve vana. 


Mas nunca deberías olvidar

Que los héroes no mueren a voluntad

Sino cuando el destino desea 

Su sacrificio y absoluta entrega.


Los héroes no escapan a la muerte.

Acuden a ella porque es tal su suerte,

Su destino, su deber, su privilegio. 

Y para ellos: ¡Honor eterno!

Alejandro Monterroso 

martes, 13 de diciembre de 2022

La última utopía. Por Hagen Negro

I. Nihilismo y aniquilación romántica

“Ahora caballeros, liberemos el infierno”

Max Montana. Anime Hellsing 

La humanidad tiene un pathos tanático demasiado fuerte para ser ignorado, deseamos nuestra muerte y nuestro fin, incluso más de lo que nos gustaría aceptar. Ya lo decía el buen Céline en sus entrevistas, “en el hombre hay una pulsión de muerte, deseamos nuestra muerte, incluso negándola”. Por ejemplo, Francisco Bifo Bacardi, es un crítico cultural italiano contemporáneo, que profetiza el fin de la humanidad en el avance tecnológico, el lenguaje lógico, y el arropamiento de la apolítica.

Obviamente, esta idea de tintes luditas, tiene ecos en el romanticismo histórico y su rechazo a la modernidad; pero esto, es algo más, este arrojamiento a la técnica tiene irónicamente bases pro-humanistas, acorde a la comodidad moderna. Mientras, Bifo dramatiza desde los cadáveres de la izquierda romántica del 68. Hay otros que saludan a la muerte humana con más simpatía, incluso como algo deseable, de igual forma, ven esta “fenomenología del fin” en las orillas del futuro tecnológico. La NRX (neo-reacción) y el aceleracionismo de derecha, propone la superación de la comodidad humana-teológica, negando la democracia, la política y la asquerosa igualdad.

La NRX tampoco abraza la idea de retorno al campo, la tradición, y a la protección del humano. Al contrario, ve en la actual decadencia capitalista, el proceso ideal para acelerar los fenómenos sociales de base histórica y dar el gran salto, pervertir el dinero, conservar el tiempo. Siendo una utopía aun desde el pesimismo.

Ya existían producciones filosóficas fascistas en el rechazo a la técnica, pues fundamentándose en un romanticismo clásico, se rechaza nostálgicamente lo actual para revitalizar el futuro en pos de un pasado inexistente, pero construirle desde el presente. Engendrar a la madre desde el hijo y traer al padre desde la nada.

Recordamos la frase de Drieu La Rochelle de que el fascismo no es otra cosa que la lucha contra la técnica, en ese sentido, el rechazo a lo actual y lo mecánico es una revuelta romántica.

Hay otro romanticismo hacia la nada misma, que no plantea otra cosa que un abrazo al presente vacío, de una forma tan cínica que no hay otra forma más que augurar la última revolución y futuro posible, el último intento de hacer alguna obra de la humanidad, la última utopía; la nada o la aniquilación. Emil Cioran nos da una visión muy acertada de este radical nihilismo. En su libro “En las cimas de la desesperación” se pregunta por el sentido del mundo actual, el que solo prevé miseria y desgracias. Y aduce la incapacidad de la moral tradicional para soportar el mundo, vaya, básicamente, la lógica seguida de la muerte de dios.

Cioran promueve una nueva versión de moral, un nuevo relato y utopía, el de la agonía:

“Yo no puedo aportar nada al mundo, pues mi manera de vivir es única: la de la agonía. ¿Os quejáis de que los seres humanos sean malvados, vindicativos, ingratos e hipócritas? Yo os propongo, por mi parte, el método de la agonía, que os permitirá evitar provisionalmente todos esos defectos”

En efecto, vivir, augurando y promoviendo el final definitivo de la humanidad, es, irónicamente, la única forma de seguir viviendo. El suicidio y aniquilación como meta y forma:

“Mediante el látigo, el fuego o el veneno, obligad a todo ser humano a realizar la experiencia de los últimos instantes… para que conozca esa gran purificación de la muerte”

Nos habla de una nueva fe, el fin del nihilismo debe ser la aceptación de una nada más radical. Al nihilismo tecnológico, al nihilismo de acero fascista, ahora se sigue un nihilismo de la niebla y la nada. Sin embargo, dista Cioran de ser un pesimista simple y vacío, no es la sed de aniquilación por la simple aniquilación, sino un nuevo paso de la humanidad hacia lo inhumano, un paso necesario de la muerte, Cioran apunta: “Lástima que no pueda yo hacer agonizar al mundo entero para purgar la raíz de la vida”.

La vida como mal en el mundo es la modernidad, esa idolatría supersticiosa, intolerante y doctrinal que recibe el nombre de “humanismo” el falso vitalismo positivo actual. El vivir por vivir que criticaba Nietzsche en el último hombre. Y propone una escena esperanzadora de la última utopía:

“El fuego con el que yo incendiaria al mundo no produciría su ruina, sino una transfiguración cósmica esencial. De esa manera la vida se acostumbró a una alta temperatura y dejaría de ser un nido de mediocridad ¿Quién sabe si incluso la muerte no dejaría dentro de ese sueño, de ser inmanente a la vida?”

Con ese idilio al fuego transformador de la agonía y culto a la muerte, es como Cioran concluye su reflexión de la agonía como nueva moral, pensando en que incluso con la adopción de la muerte y aniquilación se combatiría a la propia muerte, sin duda alguna, recuerdan al pensamiento de H.P. Lovecraft, cuando nos dice que:

“No está muerto lo que yace eternamente, y con los extraños eones, hasta la muerte puede morir”

Lo eterno que yace y hasta la actualidad estará presente es la muerte. Y solo con la muerte se supera el tabú de la misma vida. Cioran a los 25 años de edad que es cuando escribe en las cimas de la desesperación, se autodenomina especialista de la muerte, es un buen título que muchos de nosotros deberíamos de adoptar.

II. El progreso y la guerra

“Los creadores son odiados más que nadie; pues son los aniquiladores más minuciosos”

F. Nietzsche 

Y el porqué de tan anunciada llegada al poder del suicidio y la nada por parte de Cioran, no es por otra cosa que la lógica histórica de la dialéctica humana. Cioran había vivido el convulsionado siglo XX, también fascista por parte de la Guardia de Hierro, había que mencionar. Cioran tiene eso en común con los siguientes invitados, pero antes…

El progreso, el humanismo y felicidad son los mitos que soportan la democracia y el productivismo capitalista, que enajena al hombre y lo vuelve máquina, irónicamente drenando las fuerzas vitales de toda realidad, muy al contrario de las máquinas deseantes de Gilles Deleuze.

John Gray es otro desilusionado del progreso, y de toda Utopía. Sus estudios son parecidos a los de cualquier filósofo pop, como Zizek, Markus Gabriel y Byung Chul Han. A diferencia, de que Gray no solo es crítico, sino que pesimista y aboga por la nihilista nada, sin ningún reparo ni proyecto alterno a esta.

Gray cercano a la academia inglesa reaccionaria, utiliza de ejemplo la propia colonización inglesa y la segunda guerra mundial como critica al progreso moderno. En cuanto, la colonización inglesa y su imperialismo analiza el relato de “Corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad. Donde observa a los colonos protagonistas hundirse en la miseria africana, y hundirse en la locura, tras ver las realidades corruptas de su fe progresista”.

Concluye, tras ese breve análisis, que el creyente del progresismo tiene una psicología cristiana, pues fue el mito católico el que puso fin al mundo pagano antiguo de ciclos, y fundo una narrativa lineal, hacia un mundo mejor, un paraíso, un futuro. Dicho creyente, al ser contrastado con el barbarismo y la desmentida lógica progresista, fracasa, en su fe, y dicha perdida de “Dios” trae el nihilismo supremo.

 De ahí la intolerancia del hombre moderno hacia cualquier alternativa.

La creencia y vida del hombre moderno, son, pues, inútiles, fútiles y sin otro sentido más que del fracaso, ¿acaso toda política positiva, no es igual?

Si las revoluciones son utopías, ya irrealizables, el crecimiento gradual y moderado, es, de la misma forma, una utopía imposible. El progreso en la civilización solo es posible en los interludios durante los cuales la historia está en reposo.

De los muchos ejemplos de individualidades románticas de la guerra (Mann, Céline, Rochelle, Jünger) Gray escoge al corresponsal británico Lewis y al apóstata fascista Malaparte. De Lewis, analiza su conversión al pesimismo al visitar la Italia napolitana destruida en 1944. En “Nápoles, 44” Lewis describe el mundo post-civilización de Nápoles, ve la miseria, la corrupción, la muerte, el caos, y la violencia; pero lo que vería un civilizado como barbarie, Lewis lo observa como la vida pagana misma.

En Nápoles 44, los napolitanos, lejos de quejarse y derrotarse ante la debacle, encuentran en los escombros una nítida actitud estoica neo-pagana. Para el pueblo italiano fascista, no hay derrumbe civilizatorio, sino otro ciclo de debacle, sin fin, con el eterno retorno, sin duda recordando también al revolucionario conservador Oswald Spengler y su teoría cíclica de la decadencia de occidente. En efecto, el antídoto contra el nihilismo es el pesimismo. La feroz resistencia nihilista contra la barbarie, nos da las claves contra la desilusión y el suicidio. En pocas palabras, amar a la muerte hasta dejar de temerla. En el fascismo no hay derrota.

Por otro lado, un cínico y desengañado total, como Malaparte, también destruye todo ánimo de vida, pero en aras de una contemplación superior de la vida, la estética de la guerra. En sus libros “La piel” y “Kaputt” Malaparte compara la vida durante la guerra misma y la posterior paz o posguerra.

Menciona que hay dos formas de sobrevivir, la primera es no morir; la cual estaba vigente durante la guerra, está caracterizada por un peligro inminente, real, mordaz y plausible contra un enemigo o riesgo. Malaparte dice que este no morir es el que prevalece en la guerra y lo vive día a día en combate el soldado.

La otra forma de vida es la de sobrevivir, en la cual el orgullo, valor y gallardía del no morir se desvanece porque ya no hay peligro. En el sobrevivir, las personas se humilla, pierden su lugar en el mundo, su valor, y se paralizan por la comodidad productiva. El sobrevivir es el modo de la misera paz y la posguerra.

Malaparte recomienda estar cercano a la muerte, al peligro y al combate. Es por ello que observa vitalidad y grandeza en la guerra. Malaparte reflexiona la relación entre la guerra y el trágico mundo pagano (algo mencionado de igual forma en el Nacimiento de la tragedia de Nietzsche) y, Curzio, al igual que Heidegger, toma al bosque como símbolo del hombre real, no el moderno, sino el primitivo, el condenado a morir.

“Nada hace a los hombres tan mortalmente, hostiles, nada tiene un poder comparable para inquietarlos y enfrentarlos entre sí, nada los hace tan insensibles e inexorables como la violencia pre-natural del bosque. En el bosque, el hombre vuelve a descubrir sus instintos originales. Sus impulsos animales más primitivos vuelven a la superficie, se abren paso a través del delicado entramado de sus nervios, reaparecen al otro lado de su fina capa de civilizadas convenciones e inhibiciones en toda su exquisita virginidad”

En este aplastante deseo de volver a ese mundo pre natural, el hombre deviene en una especie de camaleón que, para adoptar su color real, debe posarse en la nada.

Para finalizar este soliloquio, a favor de la utopía de la muerte, vale mencionar el discurso de Max Montana, personaje del anime/manga de Hellsing, general nazi, ficticio, villano al mundo de una organización neonazi que bombardea Londres con vampiros germanos. En el anime, a su organización “Millenium” (por el Reich de los mil años) le habla así a sus huestes:


Caballeros me gusta la guerra. Caballeros, AMO la guerra.

Me gusta el holocausto, me gusta el Blitzkrieg, me gusta la ofensiva, me gusta la defensiva, me gustan los sitios, me gusta el avance, me gusta la retirada, me gusta la limpieza y me gusta retirarme.

En los campos, en las calles, en las trincheras, en las planicies, en la tundra, en el desierto, en el mar, en el cielo, en el fango y en el pantano.

Realmente amo cada tipo de guerra que el hombre puede hacer en el planeta.

Me gusta el atronador rugido de la artillería, mientras arrasa con todo el enemigo desde la línea frontal. ¡Cuando los cuerpos enemigos son lanzados alto en el aire y los pedazos caen lloviendo, hacen bailar a mi corazón! ¡Me gusta cuando uno de nuestros tanques, con sus 88 mm se estrella con un tanque enemigo! Siempre queda un cálido sentimiento en mi pecho cuando saltan de los tanques solo para ser acribillados. Me gusta cuando las líneas de infantería pasan a través de las líneas del enemigo con las bayonetas en alto. Recuerdo cuanto me conmovió ver a los reclutas tan asustados y apuñalaban al enemigo una y otra vez después de muerto. Y ese dolorosamente excitante cuando un tonto desertor queda colgado de una lámpara. Y que maravilloso es cuando los enemigos prisioneros gritan en sincronía con el grito del arma que disparo contra ellos. Y esa inútil resistencia persiguiendo nos en una llama de gloria, a pesar de tener una pésima calidad de armamento.

Incluso recuerdo cuando los Shrapnel de 4.8 toneladas del ataque del Dora destruyeron su ciudad. Me gustaba cuando los soldados rusos se lanzaban al caos. y cuando las villas que supuestamente protegen son atravesadas y las mujeres y niños son violados repetidamente. ¡Qué triste es!. ¡Me gusta cuando la maquinaria de guerra de los ingleses y los americanos es aplastada y destruida!

¡Y cuando son perseguidos arrastrándose en el suelo como insectos es una increíble desgracia!.

Caballeros, lo que quiero es una guerra como el mismo infierno.

Caballeros, mis compatriotas, miembros del batallón, ustedes que me siguen. Caballeros, ¿qué es lo que desean? ¿También quieren guerra? ¿Es un baño de sangre si piedad por la guerra lo que desean? ¿Anhelan una batalla hasta los límites del acero y filo golpeándose al punto que mate a todo ser en 3000 mundos?.

Muy bien, entonces tendremos Krieg. Todas nuestras fuerzas están aquí, dentro de nuestros puños extendidos, listos para atacar.

Acabemos con aquellos que nos han olvidado, despertemos a aquellos que ha caído en un suelo profundo. Los sujetaremos por los cabellos, les abriremos los ojos y los obligaremos a recordarnos. ¡Les recordaremos el sabor del miedo verdadero!. Les recordaremos que existen cosas entre el cielo u la tierra que no creyeron posible que existieran ni en sus peores pesadillas.

Ahora caballeros, liberemos el infierno.

III. El último camino

“No nos sentimos muy seguros en el mundo de la palabra interpretada”

Maria Rilke 

No hay forma más vitalista, más un querer vivir que desatar el caos y la guerra, como diría Cormac McCarthy “la mejor forma de adivinación es la guerra”.

Tras observar el evangelio del fin de Bifo, la agonía de Cioran, leer las ocurrencias negativas de la utopía Gray, Lewis y Malaparte, y rescatar el amor a la acción de Montana ¿Por qué la humanidad no ha dado cuenta de que el único camino, asegurado en la historia es la nada y la aniquilación? No es que haya otra alternativa de vida, todos vamos hacia muerte.

Es por ello, que considero la única utopía posible, la de la nada, y también es por lo mismo que el “humanismo” y “progresismo” odie la finitud y el ritmo. El sueño de la técnica es el vivir por vivir, y matar a la muerte, pero eso no forma parte de ninguna utopía y es una pesadilla para otro ensayo.

Hagen Negro


jueves, 8 de diciembre de 2022

Werther. Por Alejandro Monterroso


I.

Estoy de nuevo en el mismo sitio

Bajo el sauce de las ilusiones.

Mi espíritu en tus ojos cautivo.

Anhelos. Sueños. Pasiones.

 

He sido flechado por Eros

Y tu belleza atravesó mi piel.

Sólo espero el momento de ser sincero

Y poder caer rendido a tus pies.

 

Vivir contigo, morir contigo

Es todo lo que deseo alcanzar.

¡Y cuánto intento! Mas no consigo

Dentro de tu corazón poder entrar.

 

 

II.

Aunque ahora no estás conmigo

Conservo los instantes a tu lado,

De nuestros paseos furtivos

Por los almidonados campos.

 

Mi amor por ti ha dolido,

Pero ha encendido mi alma

Con el perfume de tus rizos

Y toda tu divina gracia.

 

Si acaso lo que he sentido

-Toda esta pasión desbordada-,

No es más que un caso perdido

Y no merezco tu mano blanca;

 

Si acaso lo que vivimos

Fue sólo un juego de provincia

Y este joven de pulso lírico

No tiene lugar en tu vida,

 

Dame una señal, amor mío,

Cuando intente besarte en tu casa.

Una señal y habré entendido

Que para mí no hay esperanza.

 

 

III.

¿Es mejor volver el amor eterno

O seguir viviendo un día más?

En la fidelidad está mi deseo.

Prometí amarte hasta el final.

 

He pedido que traigan pan y vino

Y que hagan llegar mis cartas

A mis más queridos amigos.

La noche aguarda. Nada falta.

 

Sujeto decidido el gatillo

Del arma que tu esposo me prestó.

Espero que cuando me haya ido

Ofrezca consuelo a tu corazón.

 

Cuando al anochecer de un día de verano

Veas el valle que recorrimos tantas veces,

Bajo los últimos rayos del sol en el ocaso,

La suave hierba cubrirá mi cuerpo inerte.

 

Ay Carlota, de ti me despido.

Ante el altar de Venus me sacrifico por ti.

Con resolución firme cumplo mi destino.

Mi voluntad es cuanto queda de mí.

 

Dejo este mundo para expiar mi pecado.

Beberé el fatal cáliz que me ponga fin

Como bebí el fuego sagrado de tus labios,

En el instante inmortal que me unió a ti.

 

Aunque en esta vida nos hayamos separado,

A donde sea que vaya, seguiré siendo tuyo.

Te esperaré para recibirte en mis brazos,

¡Y volveremos a estar juntos!

Alejandro Monterroso 

martes, 6 de diciembre de 2022

Nosotros. Por Hagen Negro


Que si el fascismo son ellos

Qué si el fascismo son otros 

 

Siempre marchamos con botas

Pero jugamos con horcas

 

Hacia los gases de Auschwitz

Celebrará la muerte de gratis

 

Por nuestros perros lloramos 

Y de uniforme bailamos

 

Con la muerte casarnos

Pero con amor la violamos

 

Nuestros cuerpos son bellos

Y nuestras cabezas sin pelo

 

Si la victoria no alcanza

La derrota nos alza

 

Pues si la vida es miseria 

La eterna noche nos vela

 

Al aullar no nos entienden

Su razón enloquece

 

Qué si el fascismo son ellos

Que si el fascismo son otros

 

Lo que queda del él mismo…

Nosotros 

Hagen Negro 

jueves, 1 de diciembre de 2022

Tellus Mater. Por Alejandro Monterroso

El sabbath de las brujas. Francisco de Goya. S. XVIII

 

Los elementos de la naturaleza,

Sólidos, eternos y finos,

Siempre jóvenes y aún antiguos,

No pierden su primigenia realeza.


¿Qué le importa a lo que es eterno

Si las coyunturas lo rechazan?

¿Acaso dañan las ideas profanas 

Su rostro noble, firme y sereno?


Efímeros impulsos y deseos 

Separan al hombre de la divinidad.

Caprichos le dotan de perversidad

Y vienen y van sus leves anhelos. 


Con orgullo rechaza a los dioses 

Y obstinado degenera su espíritu.

Los bosques de musas, recinto íntimo,

El hombre destruye con sus visiones.


Mas con esto no destruye el mundo

Ni sus reglas y ciclos eternos.

Se destruye a sí mismo, ¡necio!

Y despeja así el camino al infierno. 

Alejandro Monterroso