jueves, 8 de diciembre de 2022

Werther. Por Alejandro Monterroso


I.

Estoy de nuevo en el mismo sitio

Bajo el sauce de las ilusiones.

Mi espíritu en tus ojos cautivo.

Anhelos. Sueños. Pasiones.

 

He sido flechado por Eros

Y tu belleza atravesó mi piel.

Sólo espero el momento de ser sincero

Y poder caer rendido a tus pies.

 

Vivir contigo, morir contigo

Es todo lo que deseo alcanzar.

¡Y cuánto intento! Mas no consigo

Dentro de tu corazón poder entrar.

 

 

II.

Aunque ahora no estás conmigo

Conservo los instantes a tu lado,

De nuestros paseos furtivos

Por los almidonados campos.

 

Mi amor por ti ha dolido,

Pero ha encendido mi alma

Con el perfume de tus rizos

Y toda tu divina gracia.

 

Si acaso lo que he sentido

-Toda esta pasión desbordada-,

No es más que un caso perdido

Y no merezco tu mano blanca;

 

Si acaso lo que vivimos

Fue sólo un juego de provincia

Y este joven de pulso lírico

No tiene lugar en tu vida,

 

Dame una señal, amor mío,

Cuando intente besarte en tu casa.

Una señal y habré entendido

Que para mí no hay esperanza.

 

 

III.

¿Es mejor volver el amor eterno

O seguir viviendo un día más?

En la fidelidad está mi deseo.

Prometí amarte hasta el final.

 

He pedido que traigan pan y vino

Y que hagan llegar mis cartas

A mis más queridos amigos.

La noche aguarda. Nada falta.

 

Sujeto decidido el gatillo

Del arma que tu esposo me prestó.

Espero que cuando me haya ido

Ofrezca consuelo a tu corazón.

 

Cuando al anochecer de un día de verano

Veas el valle que recorrimos tantas veces,

Bajo los últimos rayos del sol en el ocaso,

La suave hierba cubrirá mi cuerpo inerte.

 

Ay Carlota, de ti me despido.

Ante el altar de Venus me sacrifico por ti.

Con resolución firme cumplo mi destino.

Mi voluntad es cuanto queda de mí.

 

Dejo este mundo para expiar mi pecado.

Beberé el fatal cáliz que me ponga fin

Como bebí el fuego sagrado de tus labios,

En el instante inmortal que me unió a ti.

 

Aunque en esta vida nos hayamos separado,

A donde sea que vaya, seguiré siendo tuyo.

Te esperaré para recibirte en mis brazos,

¡Y volveremos a estar juntos!

Alejandro Monterroso 

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