martes, 21 de noviembre de 2023

Descubriendo el camino de los Maestros no Muertos. Por Max Vindex


A mediados de octubre llegó a mis manos el grimorio Atanatize: El camino de los Maestros no Muertos, escrito por Alexander L.M y editado en México por Editorial Sauroctonos.

Como primera impresión, la edición es hermosa, hecho de manera artesanal, la calidad de las portadas y del papel son impecables, en el sexto volumen de Tempestor ya había tenido oportunidad de reseñar el Codex Putrefactio Nigra de Zulqarnayn XIII, llevándome una buena impresión de la calidad artesanal de sus grimorios.

Del autor no encontré nada, salvo que pertenece a algo llamado Templo de Belial, la portada es el arte de la talentosa Karlak Art (su Instagram es Karlaeskarlataart por si quieren conocer su trabajo), artista que ha trabajado antes en la editorial, en la elaboración de ilustraciones para el Codex Putrefactio Nigra. En la portada una vampiresa nos da la bienvenida a las hojas de este grimorio.

Antes de poder continuar, debo advertir que este es un libro serio y peligroso, el camino del vampirismo debe ser tomado con total seriedad (valga la redundancia), la transformación en una entidad vampírica es un camino sin retorno, que requiere fuerza de voluntad y mental.

Esto lo digo porque la palabra vampiro, atraerá a cierta fauna de frikis que usa los nombres y términos del camino de la mano izquierda como un entretenimiento, para darse una personalidad en redes sociales, a esa gente mejor les recomiendo que se alejen de este libro y se vayan a leer comics.

El camino de los Maestros no Muertos no es un juego de rol, si no se toma en serio a las entidades que invoca este libro, pueden destruirte de muchas formas.

El propósito de este grimorio es la destrucción de tu alma y tu transmutación en un vampiro, ahora, olvídate de lo que has visto en películas, series de televisión o comics, al convertirte en un ser de la noche, es a través de tu cuerpo astral que conforme vayas estudiando y trabajando este camino dejara de ser humano para transformarse en un strigoi o varcolac, una criatura de la noche.

El libro comienza con una introducción sobre lo que es el camino vampírico, los siguientes capítulos son de como aprender a meditar, la densificación de tu cuerpo astral, el drenado de la energía de tus víctimas, el aprender a estar solo en la oscuridad.

Entre los ejercicios que el autor describe, se encuentra el entrar en un bosque completamente a oscuras, esto en Europa es posible, pero en nuestra Latinoamérica es muy peligroso y no hablo de peligros sobrenaturales, sino reales (el escenario más aterrador es un posible encuentro con los “malitos”), por lo que esto no es una posibilidad para nosotros, sin embargo podemos adecuarlo a nuestro entorno de alguna manera, como meditar en la oscuridad de un patio a solas o en el techo de tu casa por ejemplos, ya verá el iniciado como lo adapta.

El libro continúa explorando el vampirismo sexual, la transformación de tu sombra astral en strigoi, hasta el conocimiento de los Maestros no Muertos.

¿Quiénes son ellos?

Los vampiros más antiguos y quienes se convertirán en tus maestros si decides transitar este camino, el autor deja en claro que existen varias cepas vampiras en todo el mundo, lideradas por el más antiguo de esta cepa.

El libro se enfoca en la cepa europea, cuyo ancestro más antiguo es Zalmoxis una figura mitológica y compleja de los pueblos de tracios y dacios, que puede ser comparado con Qayin de la tradición siniestra del sendero qayinitico. A partir de aquí conoceremos a otros maestros, incluidos los ya conocidos Elizabeth Bathory y Vlad Tepes.

El autor del libro, remarca que es preferible que el iniciado se acerque a las cepas que sean propios de su origen étnico, en el caso mexicano, tenemos a Camazotz dios murciélago de los pueblos mayas como Maestro no Muerto.

El libro concluye con dos rituales para comunicarse con los Maestros no Muertos y como sellar el pacto con ellos.

Si has decidido recorrer el camino vampírico, deberás entender que debes destruir tu alma para que sea liberada tu sombra astral y convertirla en un ser de la noche, esto se lograra con meditación, disciplina y siguiendo las enseñanzas de los Maestros, ahora el lector debe tener en cuenta que la destrucción de tu alma y tu transformación astral en vampiro es un camino sin retorno, lo que significa que toda luz, toda doctrina de redención de alguna religión organizada, estará cerrada para ti, esto lo digo porque mucha gente que empieza en este sendero, cree que puede salirse una vez dentro, piensa que si se aburre de algún sistema, puede probar otro o de plano una vez que “madura”, volverse cristiano y olvidarse de estas corrientes.

Esto no pasa aquí, una vez que tu alma sea destruida, solo tendrás la oscuridad donde refugiarte y donde evolucionar, pero ya no puedes volver a la luz, el mismo autor explica que el noventa y nueve por ciento de los adeptos que inician en el sendero vampiro, terminan consumidos por los vampiros mayores y quienes lo abandonan terminan con muchos problemas psíquicos y físicos.

En este camino también tendrás que derramar sangre de animales para ofrendar a tus Maestros y eso es un gran acierto de este grimorio, mientras otras iglesias y corrientes “vampiras” (que más parecen inspiradas en comics y juegos de rol que en un vampirismo real), predican rituales sin sangre para caer bien con el progresismo new age, este grimorio te explica que la sangre es vital para tus rituales, al fin y al cabo, esto es vampirismo real ¿No? La pseudo espiritualidad oscura inspirada mayormente en el satanismo laveyano, omite y rechaza los rituales de sangre, pero la realidad, el verdadero sendero de la mano izquierda requiere sacrificios de sangre, sea la tuya o la de algún animal.

Corrientes como la quimbanda o el Vudú se requiere matar gallinas o ganado para ofrendar a los espíritus y hacer pactos, en el camino vampírico que Alexander L.M te describe, la sangre es parte de tus rituales. Es romper el tabú de matar, del sacrificio. Si no estás dispuesto a transgredir un tabú por moralismos progresistas o de cualquier tipo, no eres del sendero siniestro, así de simple.

Después de estos dos rituales, el libro contiene un apartado de notas, donde podrás describir tu aprendizaje.

Atanatize es un libro fascinante, donde podrás encontrar una visión del vampirismo que no encontraras en otros libros, sino una seria y dedicada a este camino.

Editorial Sauroctonos nos entrega un grimorio que puede ser perturbador para muchos, pero quien decida iniciar en este sendero, lo encontrara muy valioso.

El autor además usa un lenguaje sencillo y practico, sin ser pretencioso o demasiado académico para ser entendido fácilmente, después de leerlo, quiero ver que más nos trae la editorial para el siguiente año.

¿Quieres ser un vampiro?

Esta pregunta no es fácil, y antes de comprar el grimorio o seguir sus pasos, te debes de hacer esta pregunta, meditarla para después tomar una decisión.

Ser un vampiro como ser un brujo, no son preguntas fáciles, sino que requieren voluntad y compromiso.

Muchos quienes deciden transitar este camino, poniendo en práctica las enseñanzas que Atanatize ofrece, no perduraran y serán devorados, pero aquellos que tengan una voluntad fuerte y las ideas claras, aquellos que no tengan miedo de destruir su antiguo ser para renacer, podrán ser vampiros.

O como bien señala el autor en el libro: “Piensa cuidadosamente antes de avanzar, si no has practicado ni practicaras nunca los conceptos básicos anteriores, vende o regala este libro ¡No eres de la noche!”

Atanatize es una lectura recomendable, para leerse muchas veces, como todo grimorio, pero sobre todo un libro, para iniciarse en el lado oscuro o para aquellos que tengan un camino ya recorrido, siempre se encontrara un nuevo aprendizaje.

La oscuridad siempre llama a los suyos y devora a quienes no sean aptos.

Max Vindex

Imagen de Atanatize: El camino de los Maestros no Muertos de Alexander L.M tomada de la página de Editorial Sauroctonos https://editorialsauroctonos.com/product/atanatize-el-camino-de-los-maestros-no-muertos/ 

martes, 14 de noviembre de 2023

Más allá del lago. Por Cuore Nero


UNA VISITA EXTRAÑA.

Esta es la historia narrada por el lago… Falkon Tradivor vivía en un viejo agujero Hobbit; se encontraba profundamente perdido, por extrañar un pasado, el cual se veía imposible de recuperar. Mientras tomaba con su mano un retrato de sus dos mejores amigos, que habían desaparecido de su vida al ser muy distintos a él. Lo único que lo relajaba era tener una noche de tradición, a escondidas.

Falkon se protegía de los que consideraba entrometidos usando cortinas de terciopelo negras, con bordados singulares, combinando letras como “V”, “X”, “D”; o incluso, runas sin ningún sentido material. En la casa como decoración también se encontraban muchos mathom, los cuales tenían un significado único, pues eran regalos que se hacían entre Hobbits, pero esta tradición ya no pertenecía más a aquel lugar. 

Entre sus prácticas favoritas, se encontraba fumar de la pipa, de una yerba que conseguía por cosecha propia; otra de sus encubiertas prácticas sería la lectura de autores que no sonaban en las plazas... Libros heredados de la primera edad, donde describe con fantasiosa precisión, las costumbres de los fallohides, una de las razas de hobbits, generalmente altos, de piel y cabello claro. Una de las indicaciones más importantes para el autor es que un buen “fallohide”, no debe de dejarse crecer la barba; así como también debe de evitar caer en el vicio de la comodidad, pues debe de balancear su estadía en los cultivos, así como también, en una caza activa para su correcta alimentación. Cada vez que su mente leía en el antiguo “espacal”, una lengua singular de los fallohide, lengua prohibida en el pueblo, sentía un gran placer. 

Falkon pertenecía a Merythule, una locación al norte de Rivendel, siguiendo el río de Hardwell. Exactamente está locación se encontraba a las afueras del profundo bosque, donde se contaban historias de un misterioso lago llamado “Ilomir”, que por las noches de luna llena se encendía en un verde intenso, dando la bienvenida a un antiguo pueblo fundado en 1603 TA, por los primeros inmigrantes Hobbits de los valles de Alduin. 

Falkon soñaba con visitar tal pueblo, pues si las historias eran ciertas, la tradición se mantenía vigente ahí. Por desgracia, Falkon nunca había tenido la valentía que solía pensar que tenía, como para escapar de los shirriffs, pues estos resguardaban cada salida de Merythule. Toda la culpa recae en la de un viejo Hobbit, que había llegado a Merythule cuando Falkon contaba tan solo con 15 años. El traía consigo un estilo de vida exótico. No se podía negar su permanencia a los fallohide, pero era distinto, pues su voluptuosa nariz, y su barba tan espesa de un blanco profundo, le hacían ser una persona visualmente despreciable; o al menos eso pensaba el pequeño y revoltoso Hobbit. 

Samgronel era su nombre, y los Hobbits no tardaron en curiosear y posteriormente, adoptando costumbres que él importaba de algún lugar de la tierra media. Su voluntad, y decisión fueron tan grandes, que al cabo de 1 década consiguió usurpar el título de “Herumoron”; un título otorgado en casos de emergencia durante 6 meses, no más, no menos. Este título había sido creado por la guía espiritual y literaria de un misterioso Hobbit, escritor de un texto perdido titulado “Carta de Carwyn”, un manuscrito de carácter espiritual y político. La asamblea excelentísima de Merythule le había dado a Samgronel todos los poderes, 6 meses se declaró un segundo estado de emergencia, pero ya nada podía hacerse, pues Samgronel controlaba todo, y así pues modificaría a su gusto el pueblo de Merythule los siguientes 25 años. 

Los cambios empezaban siendo breves, algunas tradiciones que ya no les ponían mucha atención el grueso de la gente; Aquello se sentía como un tipo de “nuevo respiro”. Pero así como inició con lo pequeño fue avanzando, consiguió crear una sociedad hobbit mecanizada, muy rápida, yendo de un lugar a otro, sin tiempo. La desigualdad creció, y la cooperación entre Hobbits ricos y pobres decayó terriblemente. Pero el peor de los males había sido la maquinartesanía. Aún así, la cultura de los Hobbits no se rompió por completo sino 1 década después de la “culturización”; procediendo a prohibir la fuma con pipa, la cerveza, y la caza sustentable… Llevando a una vida Hobbit sumamente citadina, destruyendo cualquier pizca de lo que antes habían sido los fallohide. Los nuevos Hobbits, que llevaban una barba voluptuosa, se quejaban por todo, perdiendo el sentido de la vida, recayendo a un pesimismo, y a una moral únicamente terrenal, dejando de anteponer la raciendad como método para no perder el rumbo. Si bien en la nueva comarca, se podían sentir colores más vivos, muy impropios de la naturaleza, pues aunque ahí siempre resplandeciera el arcoíris, el Hobbit nunca iba a ser nuevamente feliz y único. 

Falkon escuchó unos toques en su ventana, al fondo de la casa. Impactado y asustado por aquello, escondió su pipa y los libros en el rincón seguro, movilizándose lo más rápido posible. Segundos después, corrió junto a la ventana, haciendo a un lado la cortina de terciopelo, viendo tras la ventana un pequeño pájaro; asombrado, se mantuvo quieto. Pasaron unos segundos y empezó a temblar, de euforia y placer, pero por la cual no podía estallar. Al abrir la ventanita hacia adentro, vio por primera vez luego de 25 años al Lorothrond el del Plumaje Brillante; una ave bicéfala, muy extraña, de plumajes de distintos colores, que al volar durante la noche creaba una estela brillante. Por culpa de Samgronel ésta había desaparecido. 

Falkon tomó la ave por abajo, notando que su pata estaba mala, dejándola sobre la mesa, se apresuró por una venda y un pequeño palito. No tardó más de 10 segundos en arreglar la pata poniendo aquel palo y la venda, suficiente para fungir como soporte. Segundos después encontró satisfactoria aquella acción, y como debía de ser, volvió a la ventana, dejando que la ave emprendiera el vuelo nuevamente, encendiendo sus plumas, creando una estela de alegría inédita. 

EL DESPERTAR.

La mañana comenzó tan rápido como de costumbre; yendo de la casa para la fábrica, donde nadie volvía a tener modales, sin siquiera decir un “buenos días”, en el horrible oestrol, pues todos carecían de un sentimiento de unidad fraternal y cultural, pasando a una vida monótona e individual. El día de Falkon se dividía en una mañana de 6 horas de trabajo, 1 hora de descanso, y 6 horas más de trabajo. Mancharse las manos de líquido negro, y no de la tierra, o de la sangre de la caza. 

El trabajo del Hobbit estaba mecanizado en cada una de las acciones que llevaba a cabo, siendo supervisado por el capataz; esté era un Hobbit gordo y de espesa barba negra, que solía gritar y golpear a los mal portados. Debido a las extensas noches de insomnio, así como la nostalgia y un sueño inalcanzable para Falkon, provocaba que su desempeño fuera pobre; recibiendo un castigo tras otro, representado en latigazos a la espalda del renovado Hobbit. 

Sin previo aviso, el pueblo mecanizado de Merythule estaría a punto de recordar algo, pues Falkon habría actualizado su energía perdida, desde aquella noche aquel pequeño ser, iba a estar subordinado a una idea. Y así fue como después de mucho tiempo, un Hobbit en Merythule, estaría dispuesto a luchar. Durante días esperaba la llegada de la noche, despojándose del mugriento, y poco estilizado gris; sustituyéndolo por una vestimenta verde, propia de los Hobbits. Durante las noches recorría las avenidas, analizando lugares donde ejecutar sus actos de rebeldía contra Samgronel. 

Durante sus primeras noches de rebeldía, se dedicó a analizar cada punto del pueblo donde dejó sus marcas, aquellos gritos de libertad, plasmados en arte. Más pronto que tarde, sus pequeñas patas corrían de una sombra a otra, dejando plasmada su marca, el de una ave emprendiendo vuelo. Pero no solo se dedicó a dejar simbología, sino a poner frases que incitaban a los Hobbits a recordar sus costumbres. Más pronto que tarde, los viejos empezaron a recordar, pero los más jóvenes, aquellos que nunca habían vivido esas viejas costumbres, fueron los primeros en salir, y apoyar de manera anónima a Falkon. Cada día se sumaba más gente… Pero no todo fue color de rosas para Falkon, las primeras bajas se dieron, siendo colgados de boca abajo en una vieja plaza abandonada. Los primeros registrados serían dos hermanos, ahogados hasta la muerte, hasta continuar por un joven que simplemente salía a comprar rosas para su novia, pero ya había sido fijado. Aún así, aquellos mártires habrían de ser recordados, y como la providencia lo dictaminó, y el arroyo gritó, los jóvenes se reunieron, para conformarse como un grupo de disidencia cultural, evitando cualquier lucha a golpes, promoviendo la paz ante todo. Y así fue como Falkon volvería a tener amigos, sintiéndose nuevamente en casa. 

Durante una madrugada de luna llena, Falkon iría a la taberna más cercana, junto a sus compañeros de aventura cultural. Lo que Falkon no tendría en cuenta sería que finalmente Samgronel lo había identificado. Las flautas sonaron por última vez en su manera más fantástica, los laúd perdieron su melodía y entonces sonaría desde el fondo: 

– Tú, traidor al progreso que Samgronel nos ha otorgado, traidor al nuevo buen vivir, sabemos quién eres. 

Un tumulto de pequeños hombres barbudos saltaron de la barra y de las mesas, casi rodeando a Falkon. Ahí mismo aparecería Samgronel. Aquella masa estaba realmente enfurecida, y así es como finalmente la aventura de Falkon llegaría a su fin, muerto en una taberna, junto a sus nuevos amigos. No obstante, sus raíces darían frutos, pues otros Hobbits romperían su cerco, logrando irse de ahí. El pueblo sería rápidamente alertado, saliendo todos de sus casas a protestar ante tal aviso tan irresponsable en una madrugada tan helada. Las masas tumultuosas. iniciaron acorralando al Hobbit revoltoso, llevándolo a irse de un lado a otro. Corrió, corrió y corrió, hasta llegar a aquella plaza abandonada llamada “Loretwyn”. Cansado, se arrodilló, sus pequeños pies no pudieron resistir. Intentaba unir palabras para decir algo, pero todo le traicionaba, ahí mismo, donde sus compañeros yacían, y el pueblo lo miraba con la misma curiosidad que miraron a Samgronel. No fue hasta que segundos después una flecha atravesó su pecho, yendo con tal velocidad que atravesó su corazón y lo dejó un poco expuesto… Mostrándose un corazón negro. Alzando su brazo a la luna, intentando tocarla, mientras que al horizonte del lago observaba el sol, y entonces pronunció: 

- Para aquellos que quieran escucharme… ¡levántense y comiencen a luchar! 

Entonces sus ojos se apagaron y sus pupilas se cerraron, sonriéndole a la muerte, sin importarle escupiendo a aquel nuevo mundo, pero sabiendo que había valido la pena. 

MÁS ALLÁ DEL LAGO.

Falkon Tradivor subió río arriba, llevado por una fuerza invisible. El color oro del ambiente se hacía presente. Sus antiguos ropajes verdes ya no eran más de aquel color, siendo ahora ropajes blancos. Sus ojos perla se encendieron poco a poco, y sus pupilas se abrieron. Viéndose entrar en una oscuridad profunda. A lo lejos estaba su hogar Merythule… Sobre la población sobrevolaba el Lorothrond, mientras que llegaba la gente del norte, sonriéndole nuevamente el destino, aceptando por fin la paz. 

Al entrar en la oscuridad del bosque, yendo más allá por atracción del río, más que sentirse asustado, tenía en sí una serenidad increíble. Las hadas empezaban a producir una luz tenue, el bosque comenzaba a tomar más y más vida, los colores verdes invaden el ambiente, pasando luego a un tenue azul. La música de una guitarra se hacía escuchar, muy al fondo. Sin previo aviso Falkon cayó al suelo, golpeándose la cabeza, tardando unos segundos en reponerse. Hasta que finalmente levantó la cabeza, captando frente a si el majestuoso lago de Ilomir encendido en un majestuoso verde, y un poco más allá la entrada de un pueblo.

Cuore Nero

jueves, 9 de noviembre de 2023

Nayahuari. Por eeriernst


Miró fijamente cómo su reflejo parecía ser arrastrado por la corriente, una brisa que susurraba su nombre le sacó del trance, miró a su alrededor buscando a quién dijo su nombre y solo encontró un venado en el otro lado de la corriente; fijó su mirada en los profundos ojos cafés de la bestia y se perdió en un trance de miradas.

Los ojos de Nayahuari decían tanto, había perdido el profundo brillo que tiene su gente en los ojos, como el de la obsidiana pulida. Tan profundo y penetrante, pero ya solo cenizos y obtusos, el venado parecía comprender a la mujer, bajó lentamente la cabeza con pesadez, casi de vergüenza, como quien ha sido víctima de un desprecio. La mujer vuelve la mirada a la copa de los árboles de la barranca, retrocede los pasos del acantilado, llena sus pulmones de aire, toma impulso y salta. Mientras caía cerró los ojos... Era su momento, se sintió diferente, no plena sino sin vacío, sintiendo el fresco de la brisa de la cascada.

El graznido del cuervo le hizo abrir los ojos y de un repentino estremecimiento despertó. Debajo de las ramas de un frondoso encino en el que estaba recostada. Sin mucha prisa y aún con menos ánimos se encaminó a su cueva.

Había algo que le impedía entrar, no era algo físico ni era miedo a la penumbra ni a lo que podría encontrar en ella, era más una pesadez, un desgano, se recostó a unos pasos de la entrada de la cueva como solo para refugiarse de la lluvia  esperando hasta que llegara el sueño. 

Rayanare empezó a rayar el firmamento, le sacó su letargo y con menos fuerza que ánimos se levantó para ir a buscar alimento, cosa que le parecía tediosa e innecesaria. En su bolso reunía bayas y demás frutas que iba encontrando a su paso, ralentizaba sus movimientos evidenciando su hastío, se acercó a un riachuelo a enjuagar su comida pero una baya cayó y se hundió en el riachuelo. Trató de encontrarla en el fondo sin éxito alguno, solo enturbiaba el agua. Sacó la mano y se puso esperar a que el fondo se limpiase, se quedó viendo su reflejo y como se iba dibujando más y más se subieron transfiriéndose en ese espejo de agua el fondo de su fondo de café claros y verdes oscuros Le restaban fidelidad al reflejo, aún así se alcanzaba a reconocer en la imagen que se dibujaba en el agua ella supo reconocer que había algo en su cara que retrataba su malestar sus ojos reflejaban una tristeza que no se puede llorar; un grito ahogado que no halla cómo salir, solo ella sabe de esa tristeza que nadie más alcanza a ver pero que tampoco le puede curar.

-Nayahuari, la voz le trajo de vuelta de su meditabundo- el Dios venado me dijo que estabas aquí y me mandó a llamar.

Nayahuari viéndolo sin mirarlo, y con desgano, hizo un gesto de aceptación. 

-Ya el dios venado me contó que vio a Muraca, tu madre, saltar desde esta misma barranca. 

-Lo sé, lo dijo en los sueños.

-Eso no debo pasar, El sucurame debió… 

-El sucurame debió hacer, pero no hizo. Puedo curar tu frialdad de alma, evitar que la tristeza te coma el alma también; He vivido con este hueco en el pecho toda la vida, este hueco es algo que lo único que lo calma es el rebozo de lágrimas 

-Deberías pedir ayuda a la diosa Luna para que borre tu tristeza.

Con desgano aceptó la encomienda 

***** 

La noche la profunda y los grillos alababan a la noche con su coro.

Nayahuari seguía el camino que lleva hasta la cumbre de Basaseachi. El fulgor de la luna le guiaba de manera protectora. Poco a poco el canto de los grillos era sofocado por el rumor de la cascada.

Desde la cumbre de la cascada se podía ver a la luna en todo su esplendor. Pareciera como si los cielos hubieran desnudado todos sus secretos para que el sucurame los interpretase y la luna se había acercado para consolar su tristeza.

-Recemos a la diosa Luna- dijo el sucurame y levantó las palmas hacia la luna como ofreciéndole su tristeza cual sacrificio.

Empezó:

Agua de río,

agua que corre,

arrastra su tristeza.

Luz de Luna,

luz que ilumina,

alumbra la negrura de su alma. 

Nayahuari miraba fijamente a la luna como si en ella buscase un rostro que le consolase, sumida en su contemplativa interrogación a la luna se había creado una conexión críptica entre ambas.

El sucurame seguía en sus rezos y Nayahuari se perdía en la ambarina aura de la luna, no notaron la presencia del siervo que se acercó a observar el Rito.

A manera de hierofanía, Nayahuari vio en la luna a Muraca, en su rostro se veía la marca que deja la tristeza, la muerte del espíritu se adivinaba en sus ojos opacos y en su encorvada figura hablaban de un tormento que cargaba acuestas.

La mujer acariciaba a un cadáver amoratado, acariciaba con esmero, algo decía pero no podía escuchar. Su mirada se fijaba en los hinchados ojos del cadáver, en los que buscaba algún recuerdo de sí misma o de quien fue Temorachi y volteó a ver a Nayahuari descansando afuera de la cueva. La mirada, con lástima y compasión, sabía que la distancia que había entre ellas era la tristeza de la gran obscuridad que Temorachi había causado.

El alma penante del patriarca poco a poco iba mermando las fuerzas del espíritu de Temorachi, ahora lo entendía Nayahuari. Resolvió ir a la cascada para ver si así se desapegaba de ella y le ayudaba a enjuagarle la tristeza del pecho.

El sol estaba a nada de menguar totalmente pero la luna aún no se encontraba su esplendor. Remanentes de naranja y azul claro aún se encontraban en el cielo.

Muraca, en el borde de la cascada mojaba sus pies, mientras la corriente jugaba con ellos, se encontraba inmóvil, casi catatónica, solamente la corriente que movía sus pies sin consideración alguna provocaba  algún movimiento a su cuerpo.

A lo lejos veía como un pequeño roedor era perseguido por una serpiente, las pequeñas patas de ratón hacían lo que podían para poder escapar de su depredador.

Vio como en el desespero, el ratón cayó de la barranca y como la serpiente paró antes de caer también.

Salió del agua y se acercó al barranco para ver si quedaba aquel pequeño ratón, pero no vio nada, solo vio un paisaje calmo cuya única violencia era la fuerza con la que caía el agua de la cascada, contrastaba con la tranquilidad del río en el que desembocaba, "quizás", pensó: "quizás ahí quedó el ratón". No había rastro de él, solo la caótica calma del bosque.

Sin inmutarse, Muraca tomó impulso y saltó. Su cuerpo se perdía entre la espesura de las ramas de los árboles, un venado que cruzaba por la corriente del río saco a Nayahuari de su trance, miró a su alrededor buscando al sucurame pero no veía a nadie. Reconoció el lugar donde estaba. Era el mismo en el que sucedió su visión. Se acercó al borde solo veía tranquila espesura de la copa de los árboles.

Creyó escuchar la voz de Muraca llamándole en el susurro del viento, ella sabía bien que no era real. 

Pero dentro de ella deseaba que si lo fuese.

Tomó impulso y saltó. Mientras caía cerró los ojos con fuerza apretó los brazos contra su cuerpo, por fin se sentía plena. Pequeñas gotas de agua refrescaban su rostro, la brisa que le abrazaba tempestuosamente, se perdía ese sentimiento de vacío. La luna le había devuelto el alma. Sabía que lo que le pasó a Muraca era lo que necesitaba.

La cascada iba limpiando la oscuridad de su alma, se sentía feliz, tan llena de vida, tan plena. 

La tozuda calma del río lavó la tristeza de Nayahuari. 

Y a ella de este plano.

eeriernst

martes, 7 de noviembre de 2023

Del rito o del vicio. Por eeriernst

Te inicias o te envicias.

Hace algún rato, leí en un post, algo que decía algo como “Es preocupante la cantidad de personas que llegaron a adultos sin haber sido golpeados en la cara” Por muy absurdo que pusiese llegar a sonar puso a pensar en lo cierto que puede llegar a ser, no en un sentido literal, pero sí en un sentido quizás metafórico, a lo que me refiero es a estos rituales (o cuasi-rituales) de iniciación de los que mucha gente no tiene acceso o simplemente se salta. 

Un ritual de iniciación, no es necesariamente (aunque tampoco se excluye) a estas practican de tribus arcaicas “alejadas de la sociedad”, en esas sociedades el ritual toma una forma tacita, se convierte más en rito, en sociedades no tan arcaicas el ritual se convierte en un suceso intrincado y algunas veces mucho más sutil. 

En las vicisitudes del modus vivendi moderno, esta transición de niño a adulto se pierde y nace el eterno niño en traje de adulto. 

Para este se lleve a cabo hace falta un gurú, un guía. Es aquí donde la problemática nace porque usualmente es un adulto formado quien acompaña al puer (en el sentido latín de la palabra) en su camino a formarse en parte de la sociedad, brindándole la guía para que el puer sea un adulto, usualmente el papel de guía lo asume el patriarca/la matriarca de la familia. 

En los tiempos modernos, los patriarcas se ausentan por diversas razones dejando el espacio de guía vacío, interrumpiendo en este paso a la madurez para no se cumpla o dejando que cualquier otro supla esta necesidad. 

El gurú externo 

Como dijimos el vacío generado por la falta de una figura iniciada que pueda instruir al puer, el puer puede optar por dos caminos: negarse a dar el salto a la madurez o recurrir a gurús externos. 

Al recurrir a gurús externos se corre el riesgo de caer en falsas percepciones, ilusiones creadas a propósito por estos falsos guías, de caer en garras de un gurú™. Estas figuras restan el aspecto metafísico del ser, aprovechándose percepciones distorsionadas y haciendo uso de espejismo de iniciación igualando la abundancia material con la realización personal. Hay movimientos análogos en ambos sexos que buscan despersonalizar uno al otro enfrentándolos y viendo en el otro la causa de sus desgracias y si acaso llega a tener un espacio, este (el otro individuo) solo cumple el papel de objeto de placer o la fuente de recurso monetario. 

La autoiniciación

Si queremos abandonar el puer, pero la vida nos privó de un guía y no queremos recurrir a estos gurús externos que ven la realización en lo material. Podemos recurrir a una autoiniciación, para esto podemos recurrir al mito, sé que esto pude levantar varias cejas pero permítanme explicarme. 

El mito desde tiempos primordiales ha servido para explicarnos el mundo, los antiguos conocían este lenguaje cifrado y eran capaces de distinguir lo literal de la metáfora. 

Usemos por ejemplo esta figura del monomito.

El monomito

El mitologema del monomito nos habla de que las historias de héroes míticos tienden a convergir en lugares comunes, un camino que va desde el llamado a la aventura hasta el regreso al origen ya transformado, con su subsecuente libertad para vivir. Tomemos la figura de bíblica de Jonás para explorar esta idea, ojo aquí, pues no hago uso de la historia a manera de sermón dominical, sino para ejemplificar este punto. 

Jonás como mitologema 

Un mitologema —según Karoly Kerenyi— es la correspondencia de un arquetipo en el mundo del mito en Jonás 1:1-2 tenemos el llamado a la aventura, en donde él es llamado por Yahveh para ir a predicar a Nínive.

Jonás 1:3 nos muestra el rechazo al llamado a la aventura; en una imagen similar al la persona promedio, donde muy dentro de uno mismo sabe lo que se tiene que hacer, pero la renuncia o el miedo a lo desconocido nos frena si se acepta la llamada toca cruzar un umbral hacia lo desconocido, en algunos casos se nos hace cruzar a la fuerza, así como en Jonás 1:4-11, en Jonás 1:12 vemos la aceptación al llamado y como tenemos que sacrificarnos a nosotros mismos para poder avanzar, la imagen de Jonás tragado por la ballena que abarca desde 2:1 hasta 2:10 vemos la tarea de la metamorfosis espiritual aquí somos llamados a abandonar el puer para poder evolucionar, durante esta metamorfosis se nos llama a reconciliarse con nuestro origen, pues de nada sirve el rencor. 

Todo el versículo 3 nos habla del cumplimiento de la tarea a la que fuimos llamados y su subsecuente apoteosis, es el héroe consumado hay algo muy importante en el capítulo que cierra el libro, Jonás hace algo que muchos sin hacer o no el llamado “viaje del héroe” evitan consiente o inconscientemente “hacer las pases con los padres/el origen” y aquí es donde nos pondremos un tanto más psicológicos y abandonaremos un poco lo obscuro que puede llegar el tema del mito. 

Muchas veces tendemos a tomarnos como pretexto para sobrellevar la vida, nuestro origen o la crianza que se nos fue dada. El reconciliarnos con el padre/origen es disolver ese ego que nos aprisiona la falsa imagen de lo que creímos que debió de ser y no fue, es soltarnos del pasado y con ello del puer que ya no somos, una vez que abandonamos nuestras ideas preconcebidas podremos ver las dádivas de lo que hemos logrado en este viaje. 

La pregunta que queda en el aire es ¿Aceptaras el llamado del héroe o te quedaras a esperar a que el gurú™ en turno se aproveche y te venda humo? 

Citando a Borges “algo que sucede una vez en el tiempo se repite sin tregua en la eternidad”.

eeriernst