martes, 7 de noviembre de 2023

Del rito o del vicio. Por eeriernst

Te inicias o te envicias.

Hace algún rato, leí en un post, algo que decía algo como “Es preocupante la cantidad de personas que llegaron a adultos sin haber sido golpeados en la cara” Por muy absurdo que pusiese llegar a sonar puso a pensar en lo cierto que puede llegar a ser, no en un sentido literal, pero sí en un sentido quizás metafórico, a lo que me refiero es a estos rituales (o cuasi-rituales) de iniciación de los que mucha gente no tiene acceso o simplemente se salta. 

Un ritual de iniciación, no es necesariamente (aunque tampoco se excluye) a estas practican de tribus arcaicas “alejadas de la sociedad”, en esas sociedades el ritual toma una forma tacita, se convierte más en rito, en sociedades no tan arcaicas el ritual se convierte en un suceso intrincado y algunas veces mucho más sutil. 

En las vicisitudes del modus vivendi moderno, esta transición de niño a adulto se pierde y nace el eterno niño en traje de adulto. 

Para este se lleve a cabo hace falta un gurú, un guía. Es aquí donde la problemática nace porque usualmente es un adulto formado quien acompaña al puer (en el sentido latín de la palabra) en su camino a formarse en parte de la sociedad, brindándole la guía para que el puer sea un adulto, usualmente el papel de guía lo asume el patriarca/la matriarca de la familia. 

En los tiempos modernos, los patriarcas se ausentan por diversas razones dejando el espacio de guía vacío, interrumpiendo en este paso a la madurez para no se cumpla o dejando que cualquier otro supla esta necesidad. 

El gurú externo 

Como dijimos el vacío generado por la falta de una figura iniciada que pueda instruir al puer, el puer puede optar por dos caminos: negarse a dar el salto a la madurez o recurrir a gurús externos. 

Al recurrir a gurús externos se corre el riesgo de caer en falsas percepciones, ilusiones creadas a propósito por estos falsos guías, de caer en garras de un gurú™. Estas figuras restan el aspecto metafísico del ser, aprovechándose percepciones distorsionadas y haciendo uso de espejismo de iniciación igualando la abundancia material con la realización personal. Hay movimientos análogos en ambos sexos que buscan despersonalizar uno al otro enfrentándolos y viendo en el otro la causa de sus desgracias y si acaso llega a tener un espacio, este (el otro individuo) solo cumple el papel de objeto de placer o la fuente de recurso monetario. 

La autoiniciación

Si queremos abandonar el puer, pero la vida nos privó de un guía y no queremos recurrir a estos gurús externos que ven la realización en lo material. Podemos recurrir a una autoiniciación, para esto podemos recurrir al mito, sé que esto pude levantar varias cejas pero permítanme explicarme. 

El mito desde tiempos primordiales ha servido para explicarnos el mundo, los antiguos conocían este lenguaje cifrado y eran capaces de distinguir lo literal de la metáfora. 

Usemos por ejemplo esta figura del monomito.

El monomito

El mitologema del monomito nos habla de que las historias de héroes míticos tienden a convergir en lugares comunes, un camino que va desde el llamado a la aventura hasta el regreso al origen ya transformado, con su subsecuente libertad para vivir. Tomemos la figura de bíblica de Jonás para explorar esta idea, ojo aquí, pues no hago uso de la historia a manera de sermón dominical, sino para ejemplificar este punto. 

Jonás como mitologema 

Un mitologema —según Karoly Kerenyi— es la correspondencia de un arquetipo en el mundo del mito en Jonás 1:1-2 tenemos el llamado a la aventura, en donde él es llamado por Yahveh para ir a predicar a Nínive.

Jonás 1:3 nos muestra el rechazo al llamado a la aventura; en una imagen similar al la persona promedio, donde muy dentro de uno mismo sabe lo que se tiene que hacer, pero la renuncia o el miedo a lo desconocido nos frena si se acepta la llamada toca cruzar un umbral hacia lo desconocido, en algunos casos se nos hace cruzar a la fuerza, así como en Jonás 1:4-11, en Jonás 1:12 vemos la aceptación al llamado y como tenemos que sacrificarnos a nosotros mismos para poder avanzar, la imagen de Jonás tragado por la ballena que abarca desde 2:1 hasta 2:10 vemos la tarea de la metamorfosis espiritual aquí somos llamados a abandonar el puer para poder evolucionar, durante esta metamorfosis se nos llama a reconciliarse con nuestro origen, pues de nada sirve el rencor. 

Todo el versículo 3 nos habla del cumplimiento de la tarea a la que fuimos llamados y su subsecuente apoteosis, es el héroe consumado hay algo muy importante en el capítulo que cierra el libro, Jonás hace algo que muchos sin hacer o no el llamado “viaje del héroe” evitan consiente o inconscientemente “hacer las pases con los padres/el origen” y aquí es donde nos pondremos un tanto más psicológicos y abandonaremos un poco lo obscuro que puede llegar el tema del mito. 

Muchas veces tendemos a tomarnos como pretexto para sobrellevar la vida, nuestro origen o la crianza que se nos fue dada. El reconciliarnos con el padre/origen es disolver ese ego que nos aprisiona la falsa imagen de lo que creímos que debió de ser y no fue, es soltarnos del pasado y con ello del puer que ya no somos, una vez que abandonamos nuestras ideas preconcebidas podremos ver las dádivas de lo que hemos logrado en este viaje. 

La pregunta que queda en el aire es ¿Aceptaras el llamado del héroe o te quedaras a esperar a que el gurú™ en turno se aproveche y te venda humo? 

Citando a Borges “algo que sucede una vez en el tiempo se repite sin tregua en la eternidad”.

eeriernst

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