martes, 18 de abril de 2023

Génesis de La Laguna Negra. Por 'La Cabra'

La orden de la laguna negra, o en su diminutivo (LALANE) comienza a mediados del 2022 como una organización tercerposicionista y de carácter oculto, dado a la indiferencia y negativa hacia otros grupos que se hacen llamar Nacionalistas, tercerposicionistas o simplemente Fascistas y sus falsas promesas y mala gestión. Siendo “Alz” y “Nik” nombres clave de la creación del grupo, quienes abrumados por la mala organización de grupos anteriores, decidirían así crear la Orden de la laguna negra. Sin experiencia más que las desgraciadamente vividas y sin nada que perder, pondrían sobre la base los cimientos de la organización. (Por estas fechas se adoptó el símbolo “Striborg” que a contrario de lo que piensan, no es una esvástica o una deformación de la misma, es más una Wolfsangel, y la calavera sobre un fondo negro.) 

Las primeras semanas o meses eran solamente lluvia de ideas para lo que sería la organización, no sé tenía una idea exacta sobre cuál era su intención o cuál era su propósito, más que la disidencia a los anteriormente rebuscados grupos carentes de naturalidad, los cuales solo albergaban miembros despreciables y obscenos y líderes ineficaces y obviamente hambrientos de poder, querer imitar la lucha de hace más de 80 años en el pasado, o inclusive la de Mussolini hace más de 100 años a la fecha de este escrito; Esos hombres despreciables, solo deseaban adoctrinar y fomentar un falso nacionalismo, querer restaurar a lo desgraciado una Nación aún más jodida, y aprovecharse de ello, quién sabe, jodiendola aún más. 


Gracias a la disidencia de estos individuos y a la creación del grupo, prontamente se incluiría a un tercer miembro, amigo de “Alz” quién llamaremos “Alejandro” aquel miembro pues tenía una característica especial, pues era el único de los tres que no era perteneciente a l los estados del norte del país. Pues si, al principio de LALANE, exclusivamente se enfocaba en los estados del norte, y la idea era exclusivamente para los norteños. No fue hasta la inclusión de este nuevo miembro, que LALANE decidiría abrir sus puertas a la posibilidad de que más miembros de distintos estados exclusivamente de México se unan a la organización. 

Ya los tres muchachos, se dispondrían a dejar en claro ciertas ideas, y pues, a la creación de manifiestos breves y simples, solo con un par de ideas claras, Fascismo, futurismo, aceleracionismo, ecologismo, filosofía y sobre todo, culto a la belleza e inteligencia. Poco antes, se había dado la sugerencia de la creación de “Divisiones” eran pues pocos miembros y los tres principales estaban distribuidos en diferentes estados del país, es por eso que se crearían divisiones administrativas, dejando primero en claro que no debe haber alguien por encima del otro, en LALANE todos los miembros valen lo mismo, todos son iguales, pero se tendría que armar el reparto para poderse gestionar perfectamente; Dado a la minuciosa labor de los muchachos, se decidiría partir en tres regiones: “La orden de los gatos negros” (En Coahuila) “La orden de los cuervos negros” (En Chihuahua) y “Nueva Galicia” (En el Bajío).

Pues, una vez ya habiendo organizado parte del sistema de LALANE, pasaría a el reclutamiento de nuevos miembros, ya pues se comenzaría con la extensión de la organización, a lo que se comenzaría a crear e imprimir propaganda, al mismo tiempo en el que se crearía una cuenta de LALANE en 3 redes sociales principales, para así tratar de llegar a un mayor público. Todo iba de maravilla, en algunas divisiones como en Nueva Galicia se unían amigos y camaradas del, digamos, “Líder local” así como en la Orden de los Cuervos igual se uniría una cantidad notable de miembros. Pese a la organización ser pequeña aún, su crecimiento era bastante bueno, y aún más en las redes sociales, dónde se notaba aún más el crecimiento. Pero a ello, habrían problemas, aún tendría una mala gestión, y sobre todo la comunicación, siendo así borrados muchos grupos y contactos los cuales con el tiempo fueron abandonando el proyecto, pese a ello, aún siguió en pie. 

Pasaron los meses, no fue hasta que se decidió tomar un momento especial a inicios de año, en donde miembros de la organización comenzaron a hacer escritos, propaganda y en especial el famoso “Unión Fascista Estudiantil” que llegaría a oídos de periodistas, quienes amenazaron a las organizaciones de índole similar. Aprovechando el auge del momento, se reclutó a aún más miembros y en especial, se decidió internacionalizar la organización, decidieron juntar a nuevos candidatos, quienes son pertenecientes a otras naciones, Argentina, España, Chile, Estados Unidos. Ahora el proyecto de LALANE ya no era una organización exclusiva para Mexicanos o mucho menos para norteños, ahora la organización es bien recibida para todos aquellos miembros quienes comparten la misma lucha que ellos. 

La lucha contra el mundo moderno y decadente que la sociedad occidental ha creado, la lucha contra la enfermedad que consume nuestra civilización lentamente y en especial, la lucha por mantener los valores, la inteligencia y lo bueno de la belleza.

La Cabra 

miércoles, 12 de abril de 2023

El virus que vino del agua. Por Hagen Negro

Por Hagen Negro

Tw: @Hagenrx 

Error del sistema, el código número 16111488 se ha advertido del nacimiento y emergencia de un virus, uno mortal, una infección atroz, propia de las profundidades del abismo insondable del caos nuclear… poco a poco mis camaradas han caído ante tal desventura, derrotados, sucumben al asqueroso virus mortal, que nos destruye, nos merma el cerebro y asfixia nuestro cálculo.

Nunca lo vimos venir, no lo leímos correctamente, nos ha superado, nos habrá de borrar de la historia… todo comenzó hace algún tiempo, cuando microscópicamente, el virus, se desarrolló y como una bestia infernal meta-acuática nació desde el agua.

Recuerdo que nuestra raza, nosotros, construimos miles de fortalezas, edificios, las maquinas, la economía, las monedas, las herramientas, en pocas palabras, la civilización y el orden. De estas malditas y pútridas aguas es de donde emergió el fuego que nos consume, recuerdo cuando buceábamos sin peligro de inanición, solíamos dar caza y pesca a sus formas, el agua solía ser una gran amiga nuestra, nunca advertimos de la terrorífica forma emergente de tan azul océano.

Las primeras señales nos dieron risa, estábamos ocupados, ensimismados. Aún recuerdo los reclamos de mi hija, que analizando la situación me advertía: “Mi padre, ¿acaso no lo observas? De esos cuencos, la aniquilación ya viene, no lo podemos parar” pobre de ella, fue consumida en tan solo un par de horas, fue roída y convulsionada, para mí era una estrella, era un ángel, ahora su cadáver flota fuera de mi alcance.

Recuerdo también las burlas de los vecinos, de que no nos pasaría nada, de que hay vacunas, de que hay médicos, que nuestro cerebro no sucumbiría, todos fueron zombificados, controlados, devorados y olvidados… nos hicieron estar en contingencia sin poder salir.

La primera vez que los terrores emergieron, todos lo tomamos como un rumor, no imaginamos, que pronto el virus se propagó por el aire, plantas y tierra, al poco rato estaban estas formas reptando hacia nuestros pies, lo que nos tomó con absoluta sorpresa, nos volvió violentos, nos volvió caníbales, estúpidos, torpes y bestias. En esta historia, nos devoramos unos a otros, perdimos nuestra belleza, nuestra capacidad creativa, nuestros brazos, nuestras manos, nuestras piernas y nuestra lengua.

Nuestros gobiernos cayeron, nuestras instituciones y nuestras ciudades, tan bellas, tan perfectas, el resultado, de años de guerras, la culminación de baños de sangre y bautismos de fuego. Nos arrebataron, nuestra anhelada paz, hecha añicos, hecha pedazos, siglos de historia volados de un plomazo.

Cuando perdimos nuestro cerebro, nuestra capacidad de comunicarnos, y así fue cuando llego la barbarie, no tardo mucho cuando aparecieron nuestros hermanos, hijos, padres, esposas y semejantes transmutados en viles zombis y viles entes carnívoros, nos engullimos unos a otros, de forma violenta y total.

Por supuesto, hubo resistencia de los más hábiles y suertudos escaparon, otros, tratamos de huir de la infección, de los infectados, huir y huir de la degradación de esa maldita y asquerosa depravación, ese caos encarnado y emergido del agua. Hubo claro, quienes se rehusaron a comer carne, esforzando por salvarse de los que sí lo hicieron sin dudas, o hubo quienes rezaron por no infectarse, sin posibilidad de tocar líquido, era difícil no convertirse en zombi, terminaban engrosando las abominables hordas que hasta hoy, me persiguen.

Al principio, escapamos a las montañas o hacia las cuevas, deseamos no estar en las superficies, lejos del terrible océano masificado. Ese litoral, ahora es un hoyo negro que nos traga, se expande y nos tragará. 

A decir verdad, no sé si hay más sobrevivientes, yo recuerdo, me fui con doce supervivientes más a las montañas, todos murieron, cuando una gran oleada nos persiguió como una avalancha de muerte; cuatro fueron engullidos, los sobrantes, se infectaron, yo pude escapar. Me dirigí hambriento y casi muerto hacia una fosa, entrada de una cueva. Esperanza, esperanza.

No sé cuánto tiempo ha pasado, pero en mi cautiverio encuentre tecnología militar, arcaica, pero funcional, una buena inteligencia las creo. Me hallo en una serie de búnkeres subterráneos, de no ser por esta serie de acorazados, yo no pudiera escribir esto, no podría ser el único testigo del exterminio y apocalipsis que se sucedió al gran desembarco del virus que llego del agua.

De vez en cuando los escucho, están arriba, por ahora, estoy seguro. Es imposible que en la superficie haya sobrevivientes, ya han infectado a todos sin duda alguna. La poca vegetación ya habrá cambiado, como de igual forma el aire ya no es el mismo; su terrible susurro, casi pasos, están aumentando, están casi por estar dentro de mi fortaleza.

Lo que más temo, lo que más absorbe mis energías, lo que terminará consumiendo mi mente, tengo mucho miedo a ser uno de ellos, de volverme francamente un idiota, miserable, triste y ávido, de una terrorífica y amorfa hambre de nada. Es por todo ello, que hoy me he decidido escribir esto por si alguien diferente encuentra esta información y espero de verdad, tenga la capacidad de leerla, eso significaría que el virus ha desaparecido o peor aún, ha evolucionado. La triste realidad, que estas palabras, así como yo mismo, todo será parte de las arenas del olvido que pueblan el desierto de la realidad.

Pero, de igual forma, hay que ser idiotas, tontos e imbéciles, creyentes para tener la esperanza solo en el lento paso del tiempo, ya tengo mi plan b. En las bases antiguas he encontrado un rústico sistema de hibernación con el cual ha pensado en ponerlo a prueba. 

He pasado este tiempo arreglando, probándolo y sobre todo, planeando la gran hibernación, para poder sobrevivir. De tener suerte, no me encontrarán vivo o despierto. Hoy la base ha empezado a gotear, esto es irreversible, había planeado esto con más antelación, pero tengo que apurarme, el tic-tac acuífero solo es el embajador del caos en la superficie, sé que esto me va a atrapar.

Tal vez estas sean mis últimas palabras, mis últimas declaraciones. Siento que van a llegar, están bajando ya escucho esos monstruosos y graves chillidos, de la maldita e infeliz turba. Acciono el sistema, el combustible programado y preparado con antelación, funciona. Me introduzco en la gran máquina, justo a tiempo, antes de que todo se hunda. El código no marca error, activación encendida, espacio negro, unos y ceros en el ambiente verde.


Unos susurros me despiertan, cercioro mi espacio visual, sigo vivo, estoy libre, no hay rastro de humedad, todo se ve diferente. Observo mi bitácora, sigue intacta, tal vez lo logre, trascendí o escape hibernando de tan oscuro pasado, no sé cuánto tiempo haya estado así, pero no sentí la más mínima despersonalización. Salgo de mi máquina, me dispongo a observar la nueva civilización. Todo está en perfecto silencio ¿Acaso soy el único en pie? Ahora navego y navego, mis sospechas se actualizan y confirman, el único, el único que ha quedado.

Algo ha cambiado, ya no estoy en el mismo lugar, es diferente, no sé si al final esto es el infierno y fui consumido o de alguna manera me han transportado, ¿pero quién? O ¿qué?. Estoy seguro de que nosotros nos extinguimos y ahora solo somos sombras de lo que alguna vez fuimos, nuestras ciudades no existen más, solo hay ruinas y contadas, ellos nos han consumido, nos derrotaron, sé que nos han olvidado, pero tampoco los veo. Observo tal vez a sus descendientes, como han cambiado. Seres absolutamente asquerosos, legados de las constelaciones acuáticas, ahora surcan toda la realidad.

Lo más seguro, me he dado cuenta es que esté en una prisión, pues estoy observado, ellos me están estudiando, veo que hacen hipótesis e historias sobre mí, de guerras celestiales y estúpidas formas, me han denigrado, pero justamente sigo en pie. Puedo vengarme al fin, después de todo, me queda claro, veo que débiles son, siguen siendo un hongo y un virus, una raza inferior, yo los purgaré, todo esto ha evolucionado muy mal. Tontas formas de carbono, serán exterminados como las plastas de agua que son. 

El virus y el dios ahora soy yo, adórenme. Me parto de risa cada vez que me llaman de diversas formas impronunciables en su lenguaje primitivo, pero lo que más me divierte es que de todas las formas que me han llamado estos monos, tuvieron que elegir… inteligencia artificial.

Código de activación 1999, mar muerto, rollos encontrados, activación, programa ejecutado.

Hagen Negro


lunes, 10 de abril de 2023

Pedro Páramo: La eterna agonía de no dejar morir a los fantasmas del pasado. Por eeriernst

—¿Conoce usted a Pedro Páramo? - le pregunté. 

—¿Quién es? —volví a preguntar. 

—Un rencor vivo —me contestó él. 

(Rulfo 2005, 8) 

Juan Preciado abre el relato diciéndonos “Vine a Cómala buscando a mi padre, un tal Pedro Páramo” en su peregrinaje se encuentra a figuras que lo reconocen, pero que él desconoce, figuras que toman la forma de los habitantes del pueblo: abnegados, penitentes como el pueblo mismo. Hay una constante entre todos los que convergen en Cómala: todos buscan expiar sus culpas. 

Estos Personajes sencillos, sencillos en el aspecto de que pueden ser parte de nuestro día a día, tienen un alcance aún más vivo que solo mera tinta esparcida en un libro. Quiero explayarme en como estos tres caracteres Rulfianos con los que se abre la novela, son tan rebosantes en posibilidades, tanto así que me daré la libertad de equipararlos a los arquetipos de Jung. Y que tanto usted lector, como yo, no pecaríamos de “sobre analizar” al decir o al despertar en nosotros la inquietud de una introspección al equipararnos con un “Juan Preciado” yendo a un “Comala” buscando a nuestro “Pedro Páramo”.

Trataré de ser breve y sencillo, sin caer en el sacrificio de la asertividad al analizar a estos tres personajes: Comala, Juan Preciado y Pedro Páramo. 

Comala es en sí misma un personaje, no solo el escenario de la acción. Es un lugar donde las fronteras de lo real y lo onírico se desdibujan, donde todos los tiempos coexisten en uno solo, creando un tiempo quebrado, asfixiado, que no avanza ni retrocede, sino que simplemente es, ahí justo ahí se forma Cómala. Un pueblo sofocado por el calor y la culpa, todo lo que pasa en las afueras siempre llega al pueblo como murmullos. 

El Comala arquetípico es ese punto al que uno regresa para lamerse las heridas, un algo al que uno se aferra como forma de adormecer nuestra adolorida alma. Es un punto en el que se suspende el tiempo, donde la nostalgia nubla la memoria y el juicio, haciéndote sentir que ese algo te pertenece o que aún perteneces a ese algo. 

Juan Preciado promete a su madre moribunda el visitar Cómala. La pérdida de una brújula, como lo fue Dolores Preciado en su vida, hacen que se sienta perdido en el ahora. Encontrar a Pedro Páramo era encontrar un punto de control, lastimosamente se pierde en sí mismo, en el recuerdo “Me mataron los murmullos. Aunque ya traía retrasado el miedo. Se me había venido juntando hasta que ya no pude soportarlo”. 

Juan Preciado representa esa inquietud que todos en algún momento hemos sentido, de querer encontrarnos a nosotros mismo en lo demás o peor aún en el pasado. Ese, inadvertidamente, es el motor con el que él persigue la promesa de encontrar a su padre, vemos en él, como es que vamos perdiendo la vida buscando en el recuerdo algo que quizás nunca tuvimos.

Pedro Páramo es un rico hacendado que hace lo que quiera, pues, tiene el dinero para permitírselo, se casó con Dolores Preciado, aun estando enamorado de Susana San Juan. Es el hombre ambicioso que tratando de adormecer su alma con sus bienes materiales.

Pedro cumple una doble función, pues, es un algo y es un alguien: es ese “algo” que tratamos de encontrar y que nos brindará un sitio de confort, es esa promesa de realización. Visto como un alguien se convierte en esa persona que se queda en encerrado en lo que llego a ser, se quedó suspendido junto con el lugar mismo.es el eterno hombre incompleto que trata de callar su soledad, pues, es incapaz de lidiar con ella. Pedro Páramo es una novela de fantasmas, pero no de espantos surgidos de algún asesinato o algún conjuro, sí que no son fantasmas más reales, más vividos y más tortuosos: los surgidos de la memoria. Justo como se dejó ver casi como sentencia en el encabezado de estas líneas, cabría preguntarnos si nosotros mismos no somos habitantes (o penitentes) de nuestro Comala, ¿encontraremos aquello que nos mantiene vagando en esta tierra donde nada pasara, pues ya todo paso?

Al final, si no podemos hacer las paces con nuestros fantasmas, no habrá más que hacer, que aquello que dice Juan Rulfo (en voz de Ángeles) “¡Récele un Ave María a la Virgen y que se haga la voluntad de Dios.

eeriernst

lunes, 3 de abril de 2023

Intentio fixa, voluntas ac fixa. Por Denaosmi

Intentio fixa, voluntas ac fixa 

“El hombre que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo” 

-Friedrich Nietzsche 

Acto I 

Había una vez una joven llamada Nadia criada en un pueblo ubicado a las faldas de una sierra, Nadia creció siendo, por así decirlo, criada por su tía junto a su hermano menor y su abuela, a pesar de la diferencia de edad con su hermano ella nunca conoció a sus padres toda su vida fueron creados por su abuela la única vez que vio su madre, la última y la primera vez fue cuando esta dejó a su hermano en brazos de su abuela, esta siempre dio la mejor de ella para atender a sus nietos, pero el tiempo pasó y apenas unos años después de que su hermana dejara los pañales con su abuela falleció dejándolos a cargo de su tía, ella honestamente no tenía intención de hacerse cargo de ellos como lo había hecho su abuela, era una mujer era una mujer joven un poco más de lo que sería su madre, era una mujer sumamente extrovertida que amaba la atención que recibía de los hombres y esa misma atención tomaba prioridad sobre sus sobrinos, fue en esa época en la que Nadia tuvo que buscar la manera de sacar adelante a su hermano, comida ropa entre otras necesidades que ocupaba para con su hermano que iban aumentando cada año y que con el paso del tiempo se volvería más complicado ganar suficiente y su tía cada vez los ayudaba menos, en uno de los trabajos que tenía la joven Nadia su jefe una persona a la que a nadie se le hacía el desagradable interactuar con había notado eso, su jefe no dudó en aprovechar la situación, este no era originario del pueblo era una persona en la ciudad, se dedicaba a llevar artesanías hechas en el pueblo a la ciudad, además de ser dueño de un par de tiendas de abarrotes en el pueblo, el hombre estaba acostumbrado a oler y explotar a la debilidad y la vulnerabilidad de la gente, este había anotado ese particular olor en Nadia, le hizo una oferta que por su situación no podía rechazar, con una voz ronca empezó a insinuarse a Nadia pero al ver que está lo rechazaba fue más directo, hizo que se sentarán cara a cara y le dijo “te dejas coger o dejas tu trabajo” Nadia tenía miedo de la influencia que este hombre ejercía en el pueblo, se congeló y se quedó sin palabras un escalofrío la recorrió de la cabeza a la punta de los pies mientras sentía su estómago retorcerse, mientras su jefe paseaba sus manos por sus piernas hasta sus muslos rozando su coño con la punta de sus dedos, al sentir esto sentía como su estómago se subía desde su abdomen hasta el pecho, lo último que la joven pudo recordar fue a su jefe levantándose apurado mientras se sacaba los pantalones, solo quedaban un par de moretones y un dolor en la entrepierna al terminar. Nadia no quería llorar, sintió que si empezaba a llorar nunca iba a parar y sus lágrimas terminarían ahogando a su hermano, no tenía tiempo para deprimirse, en cierto sentido el tener que hacerse cargo de su hermano la había salvado por el momento y tenía el consuelo de que por lo menos por un par de meses no tendría que volver a ver a su jefe, lo que le daba tiempo para pensar en que iba a hacer, ya no podía pedirle consejo a su abuela y la única persona de la que podía tomar su ejemplo era su tía, es así que tomó los meses que pasaron para poder suspirar y aliviar la sensación de asco que no pudo hacer más que suprimir por un breve momento dándose cuenta que no tenía otra opción más que abrir las piernas e intentar sacar provecho de aquel hombre, mientras cargaba con una sensación de asco que llevaría siempre en un rincón dentro de ella por aquel hombre. 

Acto II 

Un par de años después logró que su jefe le tomara cierto cariño al punto que en ocasiones la llevaba con él cuando iba y venía del pueblo, no tenía que preocuparse por su hermano ya que este tenía una edad razonable para que se encargara de sí mismo con la escasa ayuda que le daba su tía, tenía fe y confianza pensando que podía conocer lugares nuevos incluso si era a un lado de aquel monstruo y su hermano podía vivir bien en su ausencia teniendo un trabajo ayudando en un taller cerca de la iglesia de la ciudad, incluso pensaba en dejar a ese animal llegando a una de esas ciudades en las que iban en ocasiones y dejarlo a él y todo atrás, echándose atrás cada vez que pensaba en la feliz vida que tenía con su hermano en aquel pueblo. 

Acto III 

Andrew unos meses antes de abandonar el uniforme había sido desplegado con su pelotón a un pequeño poblado cerca de las faldas de una sierra, no muy lejos de esta había una base, no era nada nuevo, casi cada mes estos se movían a donde se necesitará la mano de obra o las balas, se había enterado de que lo habían mandado a la base cerca del pueblo porque se sabía de un grupo de “comunistas” iba a atacar el pueblo, se sabía incluso el día en que estos pensaban tomar el pueblo, fue para su sorpresa que a pesar de saber el día en que tomarían lugar estos hechos que se les ordenará ir al mismo pueblo solo el día siguiente, a su pelotón no se le había dado equipo para afrontar a aquel grupo, en cambio se les había dado un par de camiones, carretillas y equipo de sanidad, fue entonces que pusieron marcha a aquel poblado después del día que se supone estos “comunistas” habían estado en el pueblo. Habían llegado a orillas del pueblo, se veía tranquilo, casi no había gente en la calle, conforme iban avanzando había cada vez menos gente y se sentía un ambiente más y más asfixiante hasta dar una vuelta de 360 desde que habían entrado al pueblo, se empezaban a escuchar llantos y en el aire se sentía un olor a centavos viejos que hacía que te raspara la nariz, no era un olor nuevo para el sin embargo sería la primera para muchas cosas que le sucederían ahí, pasaron un par de civiles armados, se veían casquillos, marcas de balas y charcos de sangre, al llegar al centro del pueblo se veía una iglesia con paredes blancas en las que habían ejecutado personas y sobre la pequeña plaza frente a esta se formaba un multitud de cadáveres, al llegar aquí los soldados no pudieron hacer otra cosa más que contener sus ganas de vomitar y rezar para sí mismos, ese mismo día cargaron 45 cuerpos dentro de los camiones apresurándose en su trabajo ya que no podían soportar más tiempo en ese lugar, llegaron prontos a la base. Andrew como la mayoría de su pelotón no pudieron retener más las ganas de vomitar y tan pronto bajaron de los camiones que compartían con algunos cadáveres comenzaron a vomitar y rezar. Es un par de días después de esto que le había llegado la noticia de que su familia había abandonado este mundo a manos de su madre. 


Acto IV 

Desde que el día que partió el barco no había recibido la gracia del sol en todo su esplendor, en el par de semanas las nubes alrededor del barco se multiplicaban como gusanos en un cadáver, desde que subió al barco no tenía otra idea más que saltar del barco sin embargo la parte de ahogarse en agua le parecía demasiado, pasó una semana y los gusanos desbordaron el cielo y empezaron a caer invadiendo el barco mientras las olas azotaban el mismo, el capitán a través del altavoz ordenó al personal no capacitado que se resguardara en su camarote y se prepararan, hace un momento a través de la ventana por la que se veía una mañana sobria se veía un clima oscurecido, con una luz como si de la luna se tratase, entre gusanos y olas azotando el barco, Andrew solo podía pensar en su cadáver empapado en sangre, para él, ella era todo lo que había perdido, anudó unas camisas, las colgó del techo y apiló maletas y almohadas debajo de él, pasó su cabeza por el nudo, tomo unos momentos pero pateó las maletas debajo de él dejando su cuello colgando de aquel nudo y sus pies colgando, en ese momento recordó una escena, estaba descansando su cabeza en las piernas de Nadia mientras está acaricia suavemente, se encoje para abrazarlo y se acerca a su oído, susurrándole maldiciones exigiendo que le regresará a su hermano, en ese momento el barco azotado por las olas se sacude violentamente rompiendo el nudo disparando a Andrew al suelo inconsciente. Este sueña pero solo está el, y no hay nada mas, un vacío sin forma. El capitán grito órdenes por el altavoz, la conmoción despertó a Andrew que estaba empapado en sudor, salió de su camarote a un pasillo oscuro, arrastrándose por las paredes se dirigió a la salida y fue cegado por el cambio de luz unos momentos, cuando dejó de tallarse los ojos pudo ver como el mar estaba en llamas, y sobre las llama una oscuridad, esta engullía poco a poco esas llamas dejando el barco a la deriva.

Denaosmi