miércoles, 22 de febrero de 2023

Breve cuento del dragón. Parte II. Por Hagen Negro



La última vez que se supo del Dragón era que tenía secuestrada a la princesa; sin embargo, ya había pasado mucho tiempo de eso, a veces parecían días, otras veces horas, pero muy a menudo el Dragón pensaba que habían pasado miles de años. El Dragón se sentía muy solo y en su soledad reflexiono y en vez de ira por primera vez sintió tristeza. 

Muchos caballeros llegaban de remotas tierras al reino maldito del Dragón, para reclamar tesoros y rescatar doncellas, aunque hace mucho que el Dragón había comido todo el oro y había velado el cadáver de aquella princesa. Todos los caballeros perecían, ninguno era digno rival de tan terrible bestia. 

Sin embargo, un día llego un caballero de armadura blanca, intrépido y fuerte, el cual más que un rescate quería pelear con el púrpura dragón, la pelea comenzó fuerte y agresiva, pero ninguno pudo derrotar al otro. El dragón, como agradecimiento de tal divertido encuentro, le perdono la vida y quería saber su nombre, pero se sorprendió, cuando al quitarse el héroe el casco de blanco acero, no era un hombre lo que vio, sino una hermosa guerrera. 

Ella le contó que venía de una tierra remota donde su reino cayó en desgracia por una guerra civil, donde sus hermanos trataron de matarla y ella tuvo que hacer frente a su propia familia, y así de tan lejos solo buscaba aventuras. El Dragón le contó su historia y que algún día fue un príncipe y de la tragedia de la bruja y la ignorancia del pueblo… la guerrera no quiso saber nada más, no creía en tal blasfemia y ella admitió que solo quería cazar dragones y que su historia era una mentira para ennoblecer la vil naturaleza de los dragones. 

El dragón le quiso probar que si tenía una alma caballeresca, pero ella lo negó todo y dijo que su aliento de fuego la lastimaba demasiado, que era una bestia y no un hombre. Pero admitió que nunca había visto un dragón tan violeta y hermoso, nunca había visto escamas brillantes, orquídeas y que era especial, tenía dudas si de verdad era un príncipe o solo un dragón común. 

El dragón le dijo que si se quedaba más tiempo en el castillo se lo demostraría, ella al saber que no tenía un reino donde más ir acepto. Sin embargo, la primera noche el dragón casi la calcina viva al estornudar por las noches, ella trató de defenderse y al pensarse atacada saco una lanza y amenazo al Dragón y lo hirió en una de sus patas. El dragón, el cual nunca había sido lastimado, observo que de su sangre brotaba el color rojo humano y no verde característico de los dragones… y le dijo que era una prueba y que para recuperar su antigua forma debía ser asesinado. 

La guerrera, que se compadeció y encariñada de alguna forma con el dragón, acepto el reto, pero advirtió que dicha acción lo lastimara mucho, pero el dragón valiente y erguido acepto el golpe mortal. La guerrera tomó carga y con su blanca yegua corrió con su lanza para arrojarla sobre el pecho del dragón que cayó al suelo herido mortalmente. 

La guerrera sintió pena por el dragón y al observar al cadáver, sintió que era una equivocación, pero entonces sucedió que del cadáver de la bestia emergió un príncipe joven y apuesto que no pudo advertir otra cosa más que felicidad, el cadáver de la bestia se volvió cenizas y el príncipe agradeció a la guerrera y le pidió fuera su princesa. 

La guerrera se decepcionó e increpo al dragón que no era una princesa que lo fue, pero que ya no y no la idealizara, que ella, al igual que él, era una fuerza destructiva del reino de dónde venía y no quería saber nada de eso. Lo anterior decepciono al dragón, pero entendió que él ya no buscaba una princesa sino una guerrera y le propuso acompañarla en sus aventuras en la blanca yegua y qué juntos buscarán ya no un reino, sino la paz en un mundo en ruinas. Y así fue como se terminó la época de los príncipes y princesas y desde ese día los guerreros viajan juntos buscando aventuras, peleando y amándose de la única forma que se puede amar realmente, o al menos eso es lo que los cuentos cuentan.

Hagen Negro

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