Camine y te volví a encontrar.
Tan dulce como agresiva.
Tan pesado como bella.
Tan real como idilica.
El zumbar de tus moscas ahogados en ruido de motor.
El calor de tus larvas opacados por el sol.
No te encontré como estas
Pero como estás encontraste a un adorador.
Escuche gritos en el silencio.
Vi bosques de cuerpos empalmados en este desierto.
Culla sangre renueva el metal de nuestros instrumentos oxidados.
Eres tu nuestra dama roja, dama de mil nombres, portadora de la obliteracion, la tempestad.
Baña a tus disentesicos hijos con el calor de tu rojo despertar.
Hasta hacernos eyacular en el frío cadáver de este mundo.
Cuervo
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