El Narcocatolicismo
¿Qué es el Narcocatolicismo?
Es como decidí bautizar la extraña, curiosa, excéntrica y MUY local combinación de varias creencias religiosas y, cómo no, la narcocultura.
Nacida especialmente del Catolicismo Apostólico Romano, y en diferentes tipos de sincretismos y misticismos de origen indígena y nativo, se encarga de ser el brazo religioso del Narcotráfico, así como la Narcocultura (cómo los Narcocorridos) son el brazo cultural de los grupos criminales.
A este punto, muchos conocerán al clásico Jesús Malverde, un maleante, ladrón y, claramente, perfecto santo Católico!
Pero trataré de ir más allá de presentar lo que es, voy a explorar el porqué de su existencia.
Para empezar, revisemos, ¿Cómo es que un narco se convierte en Santo?
El narcotraficante es, en la narcocultura establecida, un hombre de valor, el "más verga", pero así como es el hombre mayor, es el hombre humilde, el que ayuda al pueblo, se transforma al narcotraficante en una figura mesiánica y santa, y como el santo no comete pecado, todo lo que hace el narco es bueno.
Y así, la gente aprende a ver al narco como aquel que te ayuda, al que puedes acudir con cualquier problema, el que te da un paro en cualquier pedo.
Pero, no solo al narco como individuo se le exalta.
Otro de los diversos cultos que se forman alrededor del narcotráfico son aquellos que exaltan figuras místicas, sincréticas y en algunos casos demoníacas, aquellas figuras a las que reza un Santo Capo de la Droga.
Estas figuras tienen origen en el sincretismo de la Iglesia Apostólica Católica Romana y los viejos ritos indígenas, sincretismo que a mí parecer los romanistas dejaron crecer hasta que se volvieron una fuerza reconocida con identidad propia.
Cultos cómo la Santa Muerte se originan en expresiones de antiguas ideas de origen nativo, las cuales se mezclaron con conceptos católicos romanos, para formar una masa nueva de dogmas.
Y cómo tal, siendo tan nuevas, y teniendo un origen similar al narco —El popular mexicano de clase baja—, se mezclan con la narcocultura, terminando en una nueva idiosincrasia moral y religiosa que ve al crimen, la violencia, la extorsión, el robo y el asesinato como cosas a las cuales admirar.
Mi conclusión es esta:
En los tiempos posteriores al inicio de la Guerra contra el Narcotráfico, el popular mexicano busca refugio de la violencia en la violenta protección del nuevo misticismo sincrético del Narcocatolicismo.
FMJ
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