El sol de ningún color. Por Alejandro Monterroso

Caronte llevando las almas a través del Estigia, por Alexander Litovchenko.

 

Hoy, como ayer, acude

Desde otro tiempo y otro lugar

Un espíritu febril, solar

Que a mi cuerpo sacude.

Como narrado por Plutarco,

Como producto del deseo. 

Como hallazgo de Teseo:

Y con ese ánimo tan humano

Cruzar la Hélade,

Dejarse guiar por lo divino. 

Si puedes salvar, ¡sálvame!

Oh, espectro lírico,

Melódico y mítico. 

Como si bebiera veneno

Clío se pudre por dentro.

Mas su letargo me inspira 

-aunque me aflija, es cierto-, 

La observo mientras parece dormida.

Si la puedes salvar, ¡sálvala!

Oh, deidad lumínica,

Jovial y bellísima,

A tu segunda musa, ¡levántala! 

Cólmala con tu luz

Para que brote de ella virtud,

Acción y lo sagrado

Que lucían los días del pasado.

Alejandro Monterroso