lunes, 25 de noviembre de 2024

Amor entre oraciones: El amor místico en la poesía Católica y Sufi. Por eeriernst



¡Que me bese con los besos de su boca! 

Tus amores son un vino exquisito, suave es el olor de tus perfumes, y tu nombre, ¡un bálsamo derramado!

—Cantar de los cantares 1:2-3 

A la poesía religiosa la promueven secretos ritos de la memoria. 

Uno de los libros de la biblia que, visto por encima, causa cierto desconcierto al neófito es el cantar de los cantares. 

¿Por qué un libro de estos tintes está dentro de la biblia? 

Si bien la primera lectura nos habla de un canto de amor desbordado entre una pareja. En una segunda lectura nos daremos cuenta de que esta unión asemeja al amor que Dios siente por el alma, su amada.

Este tipo de lenguaje usado en este libro cimienta las bases de toda una tradición que vendrá de la mano de los poetas místicos. De esta escuela de poetas hablaré de dos vertientes, los Sufíes y los Católicos, ambos de herencia abrahámica. 

Lo místico 

Coloquialmente, hacemos uso de esta palabra para hablar de algo mágico o sobrenatural, sobre todo si tiene que ver con alguna que nos es ajena, pero en un sentido estricto se refiere a un sentido espiritual especifico: la unión íntima del alma humana, en vida, con lo sagrado (la divinidad). Esta unión suele manifestarse como visiones o estado alterados de la conciencia.

Mística católica 

El éxtasis místico en la poesía Católica es en esencia una profunda experiencia amorosa: quien lo vive se siente colmado por el amor de Dios, hasta el punto de olvidarse de sí mismo, en esta, la mejor manera en que el poeta puede expresar algo es aludir al amor humano que todo lector conoce. Así, la sensualidad se convierte en un poderoso símbolo que evoca, mejor que ningún otro, el goce inenarrable del ser humano que ha entrado en comunión con lo más sagrado. 

Sufí

Dentro del camino Sufí se busca llegar a Dios por medio del amor (una figura parecida a 1 Juan 4:7) Partiendo de la idea de que Dios (o “el amado” como se le refiere en esta tradición) es invisible y sin una forma física, el hombre debe buscar eliminar el amor que se tiene a lo terrenal e ilusorio (Ishq-e-Majazi) para trasmutar el amor en amor de Dios (Isqh-e-Haqiqi) que es perfecto el diario místico sufí se puede resumir en: Dios es la belleza y bondad absoluta. Es en la naturaleza de la belleza donde se manifiesta, y donde se le admira, pues lo bello es creación perfecta de él.

Expresa los efectos del amor divino

Traigo conmigo un cuidado
y tan esquivo que creo 
que aunque se sentirlo tanto,
aun yo misma no lo siento. 
Es amor, pero es amor 
que faltándole lo ciego, 
los ojos que tiene son 
para darle más tormento. 

El término no es a quo, 
que causa el pesar, que veo, 
que siendo el término el bien 
todo el dolor es el medio. 

Si es lícito y aun debido 
este cariño que tengo 
¿por qué me han de dar castigo 
porque pago lo que debo? 

¡Oh cuánta fineza, oh cuántos 
cariños he visto tiernos! 
que amor que se tiene en Dios 
es calidad sin opuestos. 

De lo lícito no puede 
hacer contrarios conceptos 
con que es amor que al olvido 
no puede vivir expuesto. 

Yo me acuerdo ¡oh nunca fuera! 
que he querido en otro tiempo 
lo que pasó de locura 
y lo que excedió de extremo. 

Más como era amor bastardo 
y de contrarios compuesto, 
fue fácil desvanecerse 
de achaque de su ser mesmo. 

Mas ahora ¡ay de mi! está 
tan en su natural centro, 
que la virtud y razón 
son quien aviva su incendio. 

Quien tal oyere dirá 
que si es así ¿por qué peno? 
Más mi corazón ansioso dirá 
que por eso mesmo. 

¡Oh humana flaqueza nuestra, 
adonde el más puro afecto 
aun no sabe desnudarse 
del natural sentimiento! 

Tan precisa es la apetencia 
que a ser amados tenemos, 
que aun sabiendo que no sirve 
nunca dejarla sabemos. 

Que corresponda a mi amor 
nada añade, mas no puedo 
por más que lo solicito 
dejar yo de apetecerlo. 

Si es delito, ya lo digo; 
si es culpa, ya lo confieso, 
mas no puedo arrepentirme 
por más que hacerlo pretendo. 

Bien ha visto quien penetra 
lo interior de mis secretos 
que yo misma estoy formando 
los dolores que padezco. 

Bien sabe que soy yo misma 
verdugo de mis deseos, 
pues muertos entre mis ansias,
tienen sepulcro en mi pecho. 

Muero ¿Quién lo creerá? 
a manos de la cosa que más quiero, 
y el motivo de matarme 
es el amor que le tengo. 

Así alimentando triste 
la vida con el veneno, 
la misma muerte que vivo, 
es la vida con que muero. 

Pero, valor, corazón, 
porque en tan dulce tormento, 
en medio de cualquier suerte 
no dejar de amar protesto.
 
Sor Juana Inés de la Cruz


Aqui pasa una marcada y curiosa semejanza entre estos textos de RABI'A AL-'ADAWIYYA y Fray Miguel de Guevara.

Oh mi Señor, Si yo te adoro Por temor al Infierno, quémame en el Infierno. 
Si te adoro por esperanza del Paraíso, impídeme alcanzar sus puertas. 
Pero si te adoro Sólo por tí mismo, otórgame entonces La belleza de tu Rostro. 

RABI'A AL-'ADAWIYYA 

// 

Soneto a Cristo crucificado (fragmento) 

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, 
que, aunque no hubiera Cielo, yo te amara, 
y, aunque no hubiera Infierno, te temiera. 
No me tienes que dar porque te quiera, 
pues, aunque lo que espero no esperara, 
lo mismo que te quiero te quisiera.

Fray Miguel de Guevara


Texto por eeriernst.

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