miércoles, 19 de junio de 2024

DUODECIM TREDECIM. Por PATIBVLVM

 

En cuanto a las limitaciones del ego, la vida es única y corta, dirían por ahí: “lo bueno dura poco”. Y también, es lineal: nacer, crecer, estudiar, generar dinero, enamorarse, casarse, tener hijos, envejecer y, finalmente, morir.

En realidad, es cíclica.

Somos el ouroboros que se come su propia cola, vivimos para repetir patrones, vivimos para cometer los mismos errores que nuestros padres y abuelos. No en un sentido estricto, claro, el sentido común nos llama a superarnos, pero aun así cargando con serias limitaciones heredadas, incluso, de siglos. La gente no cambia, solo es circunstancial, la humanidad es análoga de sus antecedentes históricos, de las historias perdidas de héroes que ya no pueden existir.

“Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”, es el panfleto que repiten muchos chairos cuando su entendimiento se reduce a nada, la humanidad conoce de sobra su pasado, tanto así que se ha obsesionado por repetirlo.

Nadando en las profundidades, es cuando nos damos cuenta que la muerte es lo único enriquecedor, es omnipresente, por lo tanto, contiene el elixir del saber en un mundo con el velo puesto. No es un rechazo a la vida, ni estoy alentando al suicidio (bueno, todo está permitido ). Todo lo contrario, coquetear con la estética de la muerte empodera la vida, le da un significado trascendente, un claro ejemplo: el culto a deidades del inframundo y otras de arquetipos “shivaistas” por parte de los pueblos mesoamericanos, que concebían a la muerte como la consolidación de la grandeza. No por nada la vanguardia tempestista nació en México, un país que esconde un profundo sentimiento pagano y vitalista.

El sí-mismo integra la vida y la muerte en un todo, supera los tabúes y limitaciones morales del presente, se embriaga con Quetzalcoatl y medita con Tezcatlipoca. En el mundo cotidiano pocas cosas se saben, la única certera: vamos a repetir las cosas.

¿Pero de que manera? Es la gran incógnita, cuya respuesta se alberga en el sí-mismo, aquel que vivirá en paz con su voluntad y morirá por el destino albergado en su espíritu inmortal y no por las limitaciones del ego.

La Virgen se transformará en puta.
La Puta se transformará en victoria.
La Victoria se transformará en muerte.
La Muerte se transformará en cálida acogida.

Así fue, así es y así será...

Porque no moriremos sin antes
contemplar los cadáveres hebreos
siendo devorados por Mictlantecuhtli.

-PATIBVLVM





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