¡Madres!
Hoy de camino a casa venía escuchando música en aleatorio y dentro de ese mix salió un cover de Mother de Pink Floyd, tocada por Pearl Jam y recordé una plática que tuve con una querida amiga sobre esta canción y la figura de la madre tanto “buena” como “mala”. Ese es fue el puntapié para ponerme a escribir esto a lo que le venía dando vueltas.
Para comenzar, y a manera de introducción quiero dibujar los alcances de esta exposición, hablaré de la madre como un mitologema, no busco reducir el gran aspecto de lo que implica el divino femenino y/o femenino terrenal al solo aspecto de ser “madre”. Partiré de la familiaridad que tendemos con esta figura para más adelante adentrarnos en la psique de los aspectos de lo que ya conocemos y aprovecharé para explorar aspectos que quizás no hayamos prestado atención. Después y con más tiempo me dedicaré a explayarme más en la idea de lo divino femenino, siempre, claro está, desde el punto de vista de la mitografía/filología, no desde este neo-espiritualismo mercantil que solo ensucia el saber primordial ofreciendo un producto sin forma ni fondo, así como lo hizo con otras tradiciones y nos dio ese aborto malogrado y aborrecible de la new age.
La madre como arquetipo
“Jijo de toda tu chihuahua madre”
—Expresión popular
En una lectura mucho muy general y de una manera muy rasa, podríamos decir que el padre crea, pero es la madre contiene y delimita a la creación, los babilonios, por ejemplo, equiparaban la imagen de una madre creadora a las fases del planeta venus: desde el alba como una virgen; en las tardes en sacerdotisa; en la noche reinaba los cielos de consorte tenía a la luna; y se consumaba con la salida del sol, convirtiendo sé en una arpía que se extinguía con la luz. Como el hábil lector que usted es, habrá descifrado que cuando hablamos de la gran madre, no nos referimos a una madre terrenal, sino a la madre como arquetipo, a esta idea conjunto de patrones (ritos, representaciones y simbolismos) que se repiten en distintas representaciones de una deidad femenina. Del vasto mundo de expresiones arquetípicas de la madre abordaremos dos: la madre bondadosa-protectora y la madre terrible-destructora.
La madre bondadosa-protectora
Sancta María, Mater Dei,
ora pro nobis peccatoribus,
nunc et in hora mortis nostrae
Es recurrente entre las culturas de la antigüedad que el centro elemental (o el rol que cumple, por llamarlo de una manera más sencilla) de la diosa madre es el de ser contenedora, protectora y nutrir al mundo y su creación. A continuación citaré dos ejemplos y sus representaciones simbólicas para poder explicar de una manera mejor estas características:
—Contenedora
es aquí donde mujer cumple el importante de no solo contener como si fuese una vasija, sino que ayuda a crear manifestación divina, si divina por sí misma (virgen, en la mayoría de los casos o de una gran gracia) y a causa de esa misma manifestación. Un ejemplo muy claro y con el que estaremos familiarizados es la virgen María, quien fue elegida por Dios como la madre de Jesús, el cristo. Es María la hierofanía por antonomasia, otro ejemplo de esto es en una de las representaciones de sus avatares, como la virgen de Guadalupe en el manto con el que se le representa, hay una réplica exacta de la bóveda celeste.
-- protectora y alimentadora
aquí seré un poco laxo, haré mención a Luperca la loba que alimento a Remo y Rómulo, si bien no fue una deidad como tal, jugo un papel esencial para la creación de roma. Ahora como deidad mencionaré a Mayahuel diosa del maguey, conocida también como la diosa de los 400 pechos, usaba sus 400 pechos para poder alimentar a sus hijos, los aztecas, se convirtió en maguey para enseñarles el don de poder sobrevivir, -400 es un número arbitrario, era el número que ellos usaban para decir que algo ya no se podía contar, (como en casos más actuales sería el 50 por el juego de palabras con la frase “sin cuenta”).-
La madre terrible-destructora.
El espectro negativo de la madre no necesariamente se expresa de manera explícita en la relación madre-hijo, en comparación de por ejemplo se podría expresar en ese pasaje donde cronos devoraba a sus hijos, evitando que así sobreviviera aquel que le derrocara. Si la madre protectora era quien nutria, la madre destructora es quien da muerte, desde nuestra percepción nos provoca espanto, pero su función es tan necesaria como lo es la que procrea, el seno materno se vuelve en boca voraz. Quizás a la mayor exponente de este arquetipo es la figura de Kali la madre negra que como el tiempo que todo lo devora, decorada con un collar de huesos, es curioso que esta misma dualidad presente en Kali de protectora— destructora también está presente en Nut, quien es llamada la madre de los dioses, pues dio a luz a Osiris, Isis, Horus entre otros. Quien se encarga de los firmamentos es también quien abraza a los muertos. La preñez de la madre terrible es la muerte, es quien nos devuelve a la unidad con el uno.
La psico-madre
Para acabar como colofón o “madrazo” quiero tocar muy por encima a la figura de la madre desde una perspectiva desde el campo psicoanalítico Freud, al igual que los Beatles, su mayor contribución no es ni de lejos su obra, sino a la gente que inspiraron en este caso, cito a Joseph Campbell “la mujer en el gráfico lenguaje de la mitología representa la totalidad de lo que puede ser conocido, solo aquel puede ver esto puede hacer las pace con su pasado y por fin superar su psique de puer”.
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