viernes, 4 de noviembre de 2022

Últimas palabras para mi Alemana. Por Jacket

Mi gran y profunda niña.
Te mentí y en mis propias mentiras caí al revelarme a mí mismo.
Me miro al espejo nuevamente, mi reflejo refleja lo que oculto y ya había visto.
Me doy asco. Asco no por el traicionarte, sino por no perfeccionarme.
Te dije que era un hombre y sigo siendo un niño.
Te mencioné que era libre y terminé siendo un esclavo.

Entonces.
Este coraje y odio que siento contra mi propia humanidad, la he de utilizar.
Mi propia carne y vicios desgarrar.
A mis enemigos, esos que desprecio los he de aniquilar.
A ellos les he de causar el mismo daño que me han hecho.

Cuando te digo este secreto, en realidad me lo cuento a mí, porque sé que eres un fantasma.
Encontrarás mi voluntad volando, ensangrentada y con cicatrices y sabrás que es mi alma.
Sabrás que me volveré un mito, y entonces un hombre.
Sacrificaré todo lo que tengo, empezaré desde cero para ser oro, y demostrarte que no soy cobre.

¡MUNDO, MÍRAME!
¡PORQUE SOY IGUAL QUE USTEDES Y HE SIDO INFIEL A MI MUJER!
¡PORQUE HE PECADO Y HE TOCADO FONDO!
¡QUE ME MIRES, DIJE!
¡Porque cuando vuelva a renacer y me vuelvan a ver, quiero que sepan que vine exclusivamente por ustedes!
¡Porque directamente los destruiré!
Observa como perdí el amor por querer placer, y como enloquecí en ese instante por el deseo.
Porque dejé lo pulcro y sacro por lo impuro y naco.

Y mi amada mía, vuelvo a escribirte un poema.

Es en mi sangre donde inmortalizo mis acciones.
Sé que te da miedo ver mis heridas palpitar.
Pero los verdaderos hombres no tenemos opciones.
Hubiese deseado con los labios robarte el alma un día más.
Pero ambos siempre supimos que mi destino sería el de matar.
El de mi cuerpo quemar.
Trascender la mortalidad.

Mi bella de ojos verdes y pecas rojas.
Eres más valiosa que el diamante.
Y te tuve entre mis manos.
Perdí el mayor tesoro.
Que eran tus amados brazos.
Jacket



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