Harassment Architecture es la ópera prima de Mike Ma, quien se presenta como un autor de
best-sellers internacionales, apartidista, defensor de los productos de origen animal y los
harenes cristianos legales.
Es un anecdotario agridulce. Narrado en primera persona con una trama no lineal,
presenciamos una antología de pensamientos y experiencias de un sujeto acelerando el
colapso de la sociedad yankee; una crítica a la monotonía, al nihilismo surgido desde la
sobrevalorada década noventera. Comete una serie de delitos y ofensas contra el orden
social, guillotinando, quemando y explotando lo indeseable, acompañado con su más
sincera creencia: aceleracionismo.
“Me he convertido en aceleración. ¿Quieres más detalles? La aceleración no es sólo causar
problemas y ver cómo el mundo se retuerce en consecuencia. La aceleración se trata de
causar problemas de la manera adecuada, de forma inteligente, de forma que te mantiene
fuera de la cárcel, porque no puedes seguir avanzando cuando estás encadenado”.
“Nos inclinamos hacia el colapso. Estamos presionando para que se encienda el fuego
purificador. Soy la aceleración y soy la reacción”.
-Fragmentos del capítulo: “Acelera el mundo, desacelera tu tribu” (págs. 94 y 95)
Mike Ma (o el narrador, en sus palabras, una parodia de sí mismo) evoca a obras como
Fight Club, American Psycho y A Clockwork Orange, no directamente, pero sí desde la
ficción transgresiva. El protagonista en una lucha fatigante contra su alrededor (a veces
distópico), usando métodos propios de un psicópata y rompiendo la dicotomía
ficción-realidad. De ahí que varios de los atentados que clama haber hecho parecen sueños
frustrados, o fantasías a punto de cumplirse.
El “solipsismo” ocasional puede flaquear o desviar la atención a situaciones poco
atrayentes, es el punto débil del libro. Por fortuna se logra remediar al momento, el clímax
es satisfactorio.
En un mundo arruinado por la fealdad, la gente irritante (mujeres, negros, “latinxs”,
drogadictos, etc.), el consumo masivo de entretenimiento y una creciente avaricia por parte
de (((ellos))), la humanidad parece no tener control sobre su propio destino, tampoco sigue
un “plan divino”, porque Dios se ha asqueado y hartado de nosotros desde la revolución
industrial.
Y ni pensemos en el futuro, todo se pondrá cuesta abajo. La única solución es el
colapso, un colapso que debemos ejecutar desde hoy.
Arquitectura del acoso da este mensaje a sus lectores. Debe ser apreciado libre de
prejuicios morales, desprogramado de lo políticamente correcto, listo para un viaje de odio y
agitación constante.
No busca ser una obra maestra, es una posición alterna entre la literatura “pretenciosa” y el
mainstream juvenil.
Es shitpost contra lo establecido.
Apología eterna del desorden.
Un gran agradecimiento para Jesús Beltrán, Mayor Igual y nuestro
estimado Kruttz por ser parte de la traducción de este trabajo.
-Máximo Heilner
*Consíguelo aquí.
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