El desierto es un lugar perfecto para los nihilistas según el “cactus”, fotógrafo que retracta los parajes escondidos de ahí mismo, nacido y criado en la zona del silencio en algún lugar del Noreste de México, a la corta edad de 14 años empezó su travesía tomando fotos de su ciudad, donde plasmaba lo contaminante masa de gente, autos, vida en sus fotos.
Plasma de forma anónima y perspicaz el desierto con toda su magia, la muerte y nacimiento de los agaves.
Las Montañas.
A veces se viste de blanco el desierto para ser contraste con el negro.
Pero como todo lugar también se nace y muere en la existencia misma.
Desierto es el lugar perfecto para los artistas, los filósofos, los nihilistas y los brujos, pues tanta magia es que las plantas sobreviven a toda clase de temperatura brusca y fuerte, mueren y vuelven a nacer de las mismas hojas que tiraron y los animales cuidan, alimentan, mueren y nacen de ellas, todo es un ciclo de vida y muerte.
La Madriguera del Tlacuache.
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