Muchas veces hemos escuchado la frase “los mexicanos nacen donde se les de la chingada gana”, de Chávela Vargas, una frase que se usa para adoptar a cualquier celebridad extranjera que viene de visita a México o a quedarse a vivir.
Esa misma frase la capitalizan los extranjeros para definirse como mexicanos y tener una excusa para venir a gentrificar nuestras ciudades.
Drake Bell es mexicano porque habla español, Billie Eilish es mexicana porque se comió un taco, Zendaya es mexicana porque en una entrevista dijo que ama Cancún, Mark Ruffalo es mexicano porque fue captado comiendo tamales, pasa lo mismo con los turistas y nómadas digitales que vienen al país, ya son mexicanos porque comen tacos con picante y toman tequila. Entonces el ser mexicano ya no tiene un sentido real.
Chávela Vargas es una idiota y por culpa de esa frase ahora cualquier gringo que venga a contribuir a la gentrificación ya es mexicano, los influencers y whitemexicans que contribuyen a la gentrificación de vecindarios y calles como Condesa o Coyoacán, usan esa expresión para darles la bienvenida a los extranjeros.
Pero ellos no son mexicanos y nunca lo van a ser, con esta frase ser mexicano no significa nada, no hay una identidad, no hay pertenencia, es solo un título que cualquier pendejo puede tomar y llamarse así mismo mexicano. Nos han arrebatado nuestra propia identidad y no nos damos cuenta, al contrario, celebramos que cualquier extranjero que toma unos shots de tequila en un bar de Condesa, lo llamamos mexicano.
Eso es muy peligroso, porque anula el termino mexicano como identidad y permite la gentrificación de ciudades, pueblos y playas por extranjeros que se asumen mexicanos, porque los mexicanos nacen donde se les da la gana.
Es una mentira que debemos purgar de nuestra idiosincrasia, los mexicanos nacemos en México, eso es todo.
Es simple, un chino nace en China, un ruso nace en Rusia, ya me van entendiendo, por supuesto un extranjero puede obtener la nacionalidad, pero eso no lo hace ruso, chino, austriaco o en este caso mexicano.
Para ser mexicano, se debe nacer en México y tener sangre mexicana, tan sencillo como eso, un papel no dictamina la nacionalidad.
Algunos me dirán que los chicanos o pochos que nacieron y viven en Estados Unidos son mexicanos, pero esto en muchos casos dista de ser verdad, los chicanos son producto del mundo yanqui, a veces son mexicanos y a veces son gringos cuando les conviene, su definición de México está influenciada por la ideología yanqui.
Los chicanos viven y aman los Estados Unidos, son partidarios de las políticas yanquis, algo que el escritor Alfonso Junco decía, es que cuando los mexicanos emigran a los Estados Unidos, México pierde proporciones de tierra, sus hijos ya no son mexicanos, sino norteamericanos, hablan inglés y son educados en la cultura gringa. Esos hijos a los que Junco hace referencia son los chicanos.
Se puede decir que los chicanos son una especie de “rednecks prietos”, personas que aman ser parte de Estados Unidos y defenderán su ideología ante el mundo. No generalizo, no todos son de esa manera, pero la gran mayoría si lo es. Por lo que podemos considerar a los pochos como gringos y no como mexicanos.
A todo esto ¿Qué significa ser mexicano?
Es sangre, es tierra y es espíritu, nacer en México, tener sangre mexicana y espíritu mexicano, esto último es tener y ser parte de nuestra Tradición como pueblo.
Tomar tequila o comer tacos no es suficiente, se tiene que vivir la antigua tradición de nuestros pueblos, conocer su historia, su idiosincrasia, a México le falta en este sentido retornar a sus raíces paganas.
Los mexicanos conocen al dios y a la virgen traídas de Europa, pero en muchos casos, desconocen los nombres de los dioses de su antigua Tradición, se identifican con el guerrero águila, pero desconocen a muchos de los dioses y ritos de sus antepasados.
Este desconocimiento de la antigua religión es parte del desconocimiento total de lo que significa ser mexicano.
Los extranjeros e influencers whitemexicans son ignorantes de la antigua fe pagana, superficialmente la conocen y de cierta manera la usan a su antojo, pero no tienen ese espíritu pagano de nuestros antepasados.
No, los mexicanos no nacen donde se les da la gana, no cualquiera puede ser mexicano, ser mexicano es mucho más complejo que solo hacerte llamar mexicano.
Es necesario para combatir la gentrificación, que el mexicano conozca y recupere el antiguo concepto latino de ius sanguinis, concepto para el mundo liberal obsoleto pero que debemos recuperar para poder recuperar nuestro país y detener la gentrificación.
Un papel no acredita la nacionalidad, nuestro nacionalismo es la sangre y la actitud, todo lo demás no importa. Eso es ius sanguinis.
La sangre nos une como mexicanos y nos une también a los otros pueblos criollos y mestizos de América, nuestras identidades no están sujetas a papeles, ni trámites burocráticos.
Si los mexicanos tuvieran ese concepto, no permitirían que los nómadas digitales o los gentrificadores usurparan lo que es nuestro y retomaríamos nuestras calles, vecindarios y sitios arqueológicos sagrados.
Ser mexicano es sangre, tierra y espíritu, nuestras ciudades son nuestras por nuestro derecho de sangre y eso es más poderoso que los dólares.
Los mexicanos nacemos en México y punto, entender eso es el primer paso para recuperar nuestras ciudades de la gentrificación y ser una patria soberana.
Max Vindex