miércoles, 6 de julio de 2022

Agraciado. Por Máximo Heilner

Y aquí estoy, mirando al cielo tétrico,

degustando de un atardecer crepuscular, 

deleitándome con las nubes rojizas.

He sido retribuido, saciado.


Y mis ojos, excitados por el fuego de la guerra,

presencian un sol poniéndose entre las montañas

bendecidas por la sangre de los salvajes.

Sacrificio total.


Y esa sangre es un elixir que recorre mi cuerpo.

Una diversión para el homicida,

un horror para el hombre común,

para mí, es un distintivo.

El bautizo de la Tempestad.

-Máximo Heilner


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